sábado, 17 de julio de 2021

RFI: La caramañola. Un desecho para los ciclistas, un trofeo para los seguidores

 

 

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Por: Ana María Ospina

 

Tour de Francia 2021 marcado por la hegemonía del esloveno Tadej Pogacar y por la obligación al pelotón de lanzar sus desechos durante la etapa, en unas zonas designadas por la organización para minimizar el impacto ambiental de la carrera.

Alaphilippe, Pogacar, Quintana y otros favoritos del pelotón son llamados por los niños y adultos para que lancen sus caramañolas. “El que me escuche que me la tire”, se entiende decir entre la multitud que se bate por este trofeo: un termo utilizado en carrera.

En tres años, Jorge Ramírez, un colombiano residente en Suiza, ha recuperado 14. “Yo las desinfecto, las lavo con agüita caliente y después las uso porque yo también practico el ciclismo”, explica emocionado mientras muestra el altar que su esposa le tiene en casa, una licorera en la que hay más botellas de equipos que de alcohol.

Una de las estrategias para recuperar estas botellitas es ubicarse al lado de las zonas de recolección de desechos, único lugar habilitado para que el pelotón lance sus caramañolas así como los residuos de los alimentos que consumen durante la etapa.

Hay cinco u ocho zonas reglamentadas dependiendo de los kilómetros a recorrer. Ocupan entre 300 y 500 metros delimitados por dos carteles a la entrada y a la salida.

La Unión Ciclista Internacional volvió obligatoria estas zonas en sus carreras a partir de abril de este año, sin embargo el Tour de Francia las implementó desde hace una década.   

Karine Bozzacchi, responsable del desarrollo sostenible ASO, empresa organizadora de la ronda gala: “El Tour se realiza al aire libre, en medio de la naturaleza, la que debemos proteger. Los ciclistas tienen la necesidad de botar las botellas así como los otros residuos de comida y eso lo facilitamos con estas zonas.

Al principio lo acogieron bien porque les facilitamos que se deshagan de sus desechos. Lo que les preocupa es no poder tirar nada fuera de estas zonas porque a veces, si hace mucho calor necesitan hidratarse, entonces cargan más termos. Si los tiran fuera de zona se arriesgan a tener sanciones de tiempo en la clasificación, económicas, incluso la exclusión después de tres advertencias.

Tienen otra solución: todos los vehículos de la carrera tienen la orden de recibir los residuos que los ciclistas les entreguen. Los cambios son siempre complicados pero hay poco a poco van tomando los reflejos adecuados", puntualizó Karine Bozzacchi.

Cada zona de recolección es limpiada por dos personas al final de la jornada. Se recolectan entre una y dos bolsas de 110 litros que van a la basura municipal mientras que el público bien ubicado parte con su caramañola.

 

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