Escuchar el poscast de RFI aquí: Maradona, amor eterno, el año en que el mito subió a las estrellas
Por: Carlos Pizarro
El dios del fútbol, el astro del balón, el genio imperfecto, la pelusa, el pibe de oro, barrilete cósmico, el legendario 10. Diego Armando Maradona nos dejaba el 25 de noviembre de 2020 a la edad de 60 años. El hombre de los dos espejos, ícono del neoliberalismo y figura fundamental para entender el futbol también tiene su homenaje en Radio Francia Internacional.
Pablo Alabarces es un escritor, sociólogo argentino. Una de las personas que mejor conoce la influencia del fútbol en nuestra sociedad
RFI: El personaje de Diego Maradona traspasó fronteras, despertando el interés no solo para los amantes del futbol, llegando a convertirse en un mito planetario. ¿A qué se debió esta atracción social?
Pablo Alabarces: Bueno, se debe a muchísimas razones. La primera de ellas es que Maradona, en parte, inaugura la era de los héroes deportivos globales. Es contemporáneo a otro héroe deportivo global, como podría ser Michael Jordan. En general, la biografía coincide en que 1990 es el momento de transformación de los deportes en mercancías del espectáculo global. Ahora bien, si los héroes deportivos se vuelven globales, el caso de Maradona, además tiene otros condicionantes, es posiblemente uno de los pocos héroes deportivos que lo fue en dos territorios distintos. Era un héroe ya para el fútbol argentino por sus desempeños locales y luego por la victoria en la Copa de México 1986. Pero además, al mismo tiempo, en ese momento le suma el "scudetto" en Italia con el Napoli. Y lo del Napoli es muy peculiar, porque era un equipo muy pequeño, muy pobre, tradicionalmente relegado en una estructura deportiva, política y económica muy claramente diferenciada entre el norte rico y el sur pobre de Italia. A esa condición heroica tan particular, le agregó condimentos políticos, ideológicos, culturales. La idea de que él representaba a los pobres del mundo frente a los poderosos. Eso surge en Italia e implicó que a esa condición de héroe global del deporte que le permitía esta difusión planetaria le agrega estos condimentos que son absolutamente originales. Por ejemplo si lo comparamos con Michael Jordan que es un héroe global pero no es un héroe negro global porque no carga sobre él esos significados de una etnia oprimida y perseguida en Estados Unidos. Michael Jordan en un momento decidió asumir esa condición. En cambio, Maradona, esa condición de pobre, de subalterno, de representante de los dominados, la asumió sin ningún problema y creo que exitosamente.
RFI: Hablando de su relevancia planetaria, Diego Armando Maradona ha estado presente en muchos países del mundo donde desarrolló su carrera como jugador y más tarde como director técnico. Pero un capítulo aparte merece su influencia en el pueblo latinoamericano que lo hace suyo, a pesar de lo que supone Argentina como potencia futbolística en la región y siempre rival a batir de sus países vecinos. Sin embargo, y curiosamente, Maradona, donde menos se dejó ver como futbolista fue en Sudamérica, no.
Pablo Alabarces: En América Latina fue una figura muy importante, pero su desempeño en la región fue muy escaso. Por ejemplo, Maradona nunca jugó la Copa Libertadores. Maradona jugó apenas dos Copas Américas con muy mal resultado. Su gran desempeño internacional es la Copa del Mundo, no una Copa latinoamericana. Además, en la que venció a Italia, Inglaterra, Bélgica y Alemania. Entonces su colocación no es latinoamericana, es mundial. Hay un homenaje enternecedor por parte de un niño en la India y es sabido que cuando Maradona fue dejado fuera del Mundial en 1994 por "doping", las manifestaciones en protesta alcanzaron a Bangladesh. ¿Qué une a la India con el Bangladesh? Lo que une es la condición de excolonias británicas. Maradona se transformó en una suerte de representación de una especie de antiimperialismo británico. Y eso excede a América Latina.
RFI: ¿Cómo se ha de separar la figura de Diego Maradona con la de su propio personaje? De un lado, la brillantez por ser aclamado el dios del fútbol y del otro, las sombras que dejan algunos aspectos de su vida privada.
Pablo Alabarces: Yo no soy quien y creo que aquí nadie es quien para discutir la vida privada, en tanto y en cuanto no implique perjuicios para otro tipo de sujetos públicos. Lo que en su vida privada que a mí me molesta, que le critique siempre y que no puede ser perdonado de ninguna manera, es su relación con las mujeres. Maradona era un machista, tuvo apenas dos denuncias por violencia familiar que no llegaron a nada, no tuvo condenas, no tuvo penas y luego tuvo una pésima relación con sus hijos naturales y hay varios que todavía no han sido reconocidos. ¿Pero me voy a preocupar por su consumo de drogas? Que yo sepa, ninguno de los fanáticos de Maradona nunca cuestionó su consumo de drogas. Lo consideran una cuestión personal que él tenía que resolver o no resolver. No podemos pensar la cuestión de los héroes populares, de los ídolos populares, de los mitos populares, sólo en función de si tienen actitudes morales que nos parecen más adecuadas, más cercanas a las nuestras, más tolerables o no. Salvo cuando sus conductas implican delitos o consecuencias gravosas para otros. Ahora su vida personal no fue peor que la de la de muchísima gente. Eso no destruye un mito popular. Por el contrario, ese tipo de consumos no sólo no inciden en su condición de mito popular, sino que incluso lo pueden fortalecerlo. Es humano, es como nosotros, no es un sujeto perfecto. Le gusta las mismas cosas que nos gustan a nosotros. No le gusta la vida ascética y disciplinada del deportista profesional. Le gusta la vida fiestera y disipada de cualquier ser humano. Creo que el que mejor lo describe es Manu Chao cuando dice "si yo fuera Maradona viviría como él".
RFI: Hay muchas etapas marcadas en la vida de Diego Maradona, pero realmente ¿dónde nace el mito? ¿En qué momento de su carrera deportiva marca su leyenda cuando deja de ser héroe para convertirse en mito popular?
Pablo Alabarces: El pasaje de héroe deportivo a mito popular se produce, por ejemplo en el caso napolitano cuando termina el juego entre Napoli Fiorentina que culmina 1 a 1 y consagra Napoli como campeón de la Liga italiana por primera vez en la historia. En ese momento, esa condición heroica de jugador excepcional, irrepetible, un artista que cuestionaba los límites del lenguaje futbolístico, se vuelve mito viviente, cosa que no es usual. Los mitos normalmente comienzan con la muerte de una persona. Maradona era un mito en vida. En cambio, en el caso argentino, ese día es el día 12 de junio de 1986, a las 13:11 horas mexicanas, cuando Maradona hace un gol imposible. Y lo hace, además, cuatro años después de la guerra de Malvinas que había enfrentado Argentina con Inglaterra.
Diego se convertía en Dios frente a la selección de Inglaterra aquel mes de julio de 1986. En ese mismo escenario, el Estadio Azteca y viviendo en directo el llamado gol del siglo, se encontraba el periodista Chiche Almost Ney. La historia de ese Mundial está más presente que nunca. Tras el fallecimiento de Maradona, usted tuvo la suerte de poder hablar con el Diego justo en el avión que regresaba a la albiceleste con el título de Campeón del mundo a la Argentina. En ese avión de vuelta, él ya era consciente de la impronta que acababa de dejar para la posteridad.
Chiche Almozny: Yo tuve la suerte de estar en ese avión cerca de Diego, después de la final, a las cinco horas de dar la vuelta olímpica en el Estadio Azteca. Pude hacer toda la cobertura, los festejos durante nueve horas que duró el trayecto de México Distrito Federal hasta Buenos Aires, y tuve un diálogo bastante largo con Diego. Él todavía no había caído, no se daba cuenta de lo que había hecho. Cuando llegamos a Buenos Aires fue directamente a saludar a Raúl Alfonsín, que era el presidente de los argentinos. Salieron al balcón y se llenó la Plaza de Mayo para vitorear y agradecerle a este equipo liderado por el que fue el gran jugador de ese campeonato del mundo y que por otra parte, el segundo gol a los ingleses está considerado como el mejor gol de todos los mundiales.
RFI: Efectivamente, y de eso queríamos hablar con usted, conocer un poco más la figura de Diego como futbolista. ¿Por qué fue catalogado como uno de los mejores de la historia o como el dios del fútbol?
Chiche Almozny: Fundamentalmente por lo que hizo con la Selección Argentina en aquel Mundial de 1986, cuando Argentina ganó el Campeonato del Mundo, por lo que hizo en Boca Juniors, por lo que hizo en Argentinos Juniors, pero sobre todo era el Napoli que le cambió la historia a una ciudad. La lucha del sur contra el norte. Maradona le dio un scudetto, le dio una Copa de Italia, le dio muchos títulos cuando el Napoli no había ganado absolutamente nada y donde pasó sus mejores momentos futbolísticos.
RFI: ¿Con el fallecimiento del Diego se apaga algo en el fútbol para siempre?
Chiche Almozny: El fútbol va a seguir sin Maradona, se lo va a extrañar. Siempre salen jugadores de fútbol, pero ya no creo que veamos un talento tan grande, tan espectacular, único. Diego es irrepetible, una pieza única, imposible de reemplazar.
RFI: Vamos a evocar la herencia de Diego, que en cierto modo son sus seguidores, sus admiradores, los que van a mantener viva la presencia de Maradona. Diego era amado por el pueblo, pero su fama y reconocimiento mundial no le hacía pasar inadvertido en ningún rincón del planeta, algo que él declaró en multitud de ocasiones. Quizás una de las mayores frustraciones del Diego fue la de no poder contentar a la totalidad de esa masa social que tanto le idolatraba por precisamente ser Maradona.
Chiche Almozny: Lamentablemente, creo que bajó los brazos. Estaba cansado de ser Maradona. Siempre dijo que no estaba preparado para ser la persona más conocida del universo, que le pegaron una patada y lo mandaron a la cima del mundo. Y después su adicción a las drogas y al alcohol y sus hijos no reconocidos y su posición política. Pero Diego era así, uno compraba el combo. Pero yo creo que hay que catalogarlo y juzgarlo como jugador de fútbol. Después, en la parte personal, el que esté libre de culpa que tire la primera piedra. Ha sido una persona muy generosa. Pero no estaba de acuerdo en un montón de cosas que Diego hacía porque en realidad no estaba bien. Él era un hombre que cometía muchos errores. Él murió porque ya no quería más. Hace poco había dicho a personas de su entorno "yo estoy muy cansado de ser Maradona. No tengo más ganas de ser Maradona. Me voy a tomar unas vacaciones largas".
RFI: Diego Armando Maradona seguirá vivo en la memoria de millones de fanáticos que, de algún modo u otro, tendrán siempre presente a su ídolo, merced a su adoración y compromiso con el astro. Muchos se tatuaron su nombre, otros su cara, el número diez. Algunos se hicieron adeptos de su iglesia. Y otros simplemente siguen teniendo al Diego en un altar como es el caso de Walter Rotundo que bautizó a sus hijas con el nombre de Mara y Dona.
Walter Rotundo: Es un homenaje a Diego que quise volcarlo en el amor a mis hijos. Me tocó tener dos niñas mellizas que nacieron en el mes de julio del año 2011 y decidí ponerle esos nombres. Y si bien las nenas tienen 9 años, esta historia o esta idea de esos nombres yo la tengo desde que era muy pequeño. Yo nací en el año 1982 así que no tengo recuerdos vivos de lo que fue la época de oro de Diego. Pero sí del año 90 en el Mundial de Italia, que perdemos la final contra Alemania. Y yo con tan solo 8 años me puse a llorar. Tenía la esperanza de que Argentina sea campeón y en un momento levanto la mirada a la televisión y veo que en el Estadio Olímpico de Roma lo están enfocando a Maradona llorando de la misma manera que estaba llorando yo. A partir de ahí yo me enamoré de Maradona y empezó esta historia que no terminó con la vida de él, va a terminar cuando termine mi vida.
Se nos fue Diego Armando Maradona pero nos dejó para siempre el amor por el fútbol y el sentir por una camiseta.
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