Fuente: https://www.nytimes.com
Por: Sheryl Gay Stolberg es corresponsal en Washington y cubre política de salud. En más de dos décadas en el Times, también ha cubierto la Casa Blanca, el Congreso y la política nacional. Anteriormente, en The Los Angeles Times, compartió dos premios Pulitzer ganados por el personal de Metro de aquel periódico. @SherylNYT
WASHINGTON — El presidente Joe Biden se mudará a la Casa Blanca y enfrentará muchos problemas de peso: una pandemia mundial. Una recesión aplastante. Injusticia racial. Extremismo de derecha.
Pero el control de peso personal del mandatario, y su rutina de ejercicios, se enfrentará a otro tipo de pregunta candente: ¿puede llevar su bicicleta Peloton a la residencia presidencial?
La respuesta, según los expertos en ciberseguridad, es sí. Más o menos. Pero nos referiremos a eso después.
Una Peloton, para quienes no lo saben, es tanto una bicicleta estacionaria de interior como un dispositivo de redes sociales. Son unas bicicletas caras —más de 2500 dólares cada una— y tienen tabletas que permiten a los ciclistas emitir en directo o tomar clases y comunicarse entre ellos. Cada ciclista tiene un “nombre en la tabla de clasificación”, un identificador único colocado en la pantalla junto a “output” (potencia), una medida para determinar cuán exigente es la rutina del ciclista.
Cuando Biden se enclaustró durante la oleada de coronavirus esta primavera, The New York Times informó que comenzó cada día “con un entrenamiento en un gimnasio en la parte de arriba de su residencia que contiene una bicicleta Peloton, pesas y una cinta de correr”. El equipo de Biden no respondió a las peticiones de comentarios, pero una persona cercana al mandatario dijo que Biden y su esposa, Jill Biden, participan regularmente durante las mañanas en negociaciones sobre quién va a montar primero.
Pero las tabletas Peloton tienen cámaras y micrófonos incorporados que permiten a los usuarios verse y escucharse mutuamente si así lo desean, y para Biden, ahí está el problema. Lo último que quiere la CIA es que los rusos y los chinos miren o escuchen lo que sucede en el gimnasio de la Casa Blanca. La semana pasada, Popular Mechanics advirtió sobre el riesgo de seguridad que conlleva la bicicleta con una nota titulada “Por qué Joe Biden no puede llevar su Peloton a la Casa Blanca”.
El artículo provocó una explosión de comentarios entre los usuarios de Peloton pero, en realidad, los expertos en seguridad cibernética dicen que si Biden quiere su bicicleta, seguramente puede tenerla, aunque se parecerá muy poco a la versión salida de la fábrica después de que el Servicio Secreto y la Agencia de Seguridad Nacional hayan terminado con ella. (Hay reportes de que Michelle Obama tiene una Peloton modificada, pero su portavoz no las confirmó).
Biden no sería el primer ocupante de la Casa Blanca cuyo deseo por la electrónica choque con las necesidades de ciberseguridad de ser presidente. El presidente Donald Trump burló los protocolos de seguridad de la Casa Blanca al llamar a sus viejos amigos desde su iPhone. El presidente Barack Obama insistió en llevar su BlackBerry (¿los recuerdan?) a la Casa Blanca, y más tarde quiso usar un iPad, lo que causó un escándalo en ese momento. Los expertos en seguridad encontraron una manera de que pudiera usarlo.
“La seguridad presidencial siempre se trata de equilibrar las necesidades y deseos presidenciales y el riesgo relativo de seguridad de cualquier cosa”, dijo Garrett Graff, el director de la iniciativa de seguridad cibernética en el Instituto Aspen, una organización de investigación. “La amenaza es real, pero es presumiblemente un riesgo manejable si se piensa y se prepara lo suficiente”.
Cuando Obama insistió en su iPad, marcó una tendencia.
“De repente entraba en las reuniones de la Sala Roosevelt y la gente tomaba notas en sus iPad”, dijo Jamie Smith, que fue la secretaria de prensa adjunto de Obama desde 2011 a 2014 y anteriormente dirigía las comunicaciones de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional. “Lentamente, pero con seguridad, lograron la autorización”.
Antes de la pandemia, Peloton ya era popular entre algunas personas ricas que hacían ejercicio en casa, pero con la cuarentena se ha convertido en una especie de fenómeno entre la gente de cierto nivel socioeconómico. Hay tableros de mensajes de Pelotón (“Joe Biden tiene una Peloton”, informó Peloton Forum esta semana), y los instructores famosos de la compañía tienen muchos seguidores en Facebook e Instagram.
Pero Peloton no coincide exactamente con el personaje del “tipo normal de Scranton” que proyecta Biden. Se burlaron ampliamente de la compañía antes de la pandemia por un anuncio en el que una joven mujer ya en forma entraba en pánico por no cumplir con las expectativas corporales de su marido después de que le regaló una Peloton para Navidad. Sus anuncios con bicicletas estacionarias en escenarios lujosos son el blanco de bromas con conciencia de clase en las redes sociales.
La empresa, que no respondió a una solicitud de comentarios, también ha sido acusada de centrarse demasiado en las personas blancas. En un artículo de opinión para NBC News en mayo, el escritor David Kaufman, que es negro, dijo que Peloton necesita “un replanteamiento racial”, y añadió: “mis horas más segregadas se sienten como las horas que paso cada semana en mi Peloton”.
Los amantes de la Peloton no se han dejado intimidar y están convencidos de que Biden no se separará de la bicicleta.
“Nadie que esté comprometido con Peloton se mudaría y no se llevaría su Peloton”, dijo Larry Appel, un ejecutivo jubilado de Greensboro, Carolina del Norte.
Para que la bicicleta sea amigable con la Casa Blanca, habría que quitar la cámara y el micrófono de la tableta, dijo Richard H. Ledgett Jr., exsubdirector de la Agencia de Seguridad Nacional. Además, le aconsejaría a Biden que eligiera un nombre de usuario anónimo y lo cambiara cada mes, y que mantuviera la bicicleta lejos de cualquier lugar donde pudiera haber conversaciones sensibles.
“Si es el tipo de persona que pedalea y habla con la gente, eso podría ser problemático”, dijo Ledgett, que confiesa ser “usuario de Peloton”.
Ser presidente es estresante, y la mayoría en los últimos años han tenido rutinas de ejercicio. Bill Clinton salía a trotar. George W. Bush corrió hasta que sus rodillas comenzaron a molestarle, y luego se dedicó a otras formas de ejercicio, incluyendo el ciclismo de montaña en su rancho en Crawford, Texas. Obama jugaba al baloncesto. Trump practica golf.
Para Biden, quien a los 78 años es la persona de mayor edad en ser juramentado como presidente, montar una Peloton tiene sentido político, incluso si choca con la clase trabajadora. Trump pasó gran parte de la campaña del año pasado tratando de persuadir a los estadounidenses de que Biden es débil, un argumento con el que Biden acabó cuando un video de Fox News en el que aparecía montando su bicicleta por las calles de Delaware se volvió viral.
“No pensaba realmente en él como un joven enérgico, pero el hecho de que monte su Peloton para hacer ejercicio significa que tiene más energía de la que creía”, dijo Jennifer Loukissas, una empleada federal que usa una Peloton en su casa en Kensington, Maryland.
Loukissas dijo que había pasado algún tiempo tratando de discernir el nombre en la tabla de clasificación en la Peloton de Biden. “Busqué todos los Joe Scranton que se me ocurrieron”, dijo, en referencia al lugar de nacimiento de Biden. “Ninguno de ellos parecía coincidir”.
Otros, como Steven Braverman, que dirige el sistema de atención médica del Departamento de Asuntos de los Veteranos en el área metropolitana de Los Ángeles, albergan lo que saben que serán fantasías no cumplidas sobre subir a la bicicleta un día y tropezar con el líder del mundo libre.
“Sería genial”, dijo, “chocar los cinco con el presidente en la tabla de clasificación”.
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Esta semana os traemos un vídeo muy especial sobre la furgonetas para MTB. Nosotros hemos montado de forma básica pero práctica nuestra furgoneta camper para poder viajar con nuestras bicis (vídeo sobre equipamiento aquí: https://youtu.be/nz7U1t_b6nk) y queremos contaros qué herramientas llevamos con nosotros para tener TODO LO BÁSICO QUE NECESITAMOS PARA TENER UN TALLER DE BICICLETAS MÓVIL.
Fuente: Laura Celdrán Subiela
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Escuchar el poscast de RFI aquí: Maradona, amor eterno, el año en que el mito subió a las estrellas
Por: Carlos Pizarro
El dios del fútbol, el astro del balón, el genio imperfecto, la pelusa, el pibe de oro, barrilete cósmico, el legendario 10. Diego Armando Maradona nos dejaba el 25 de noviembre de 2020 a la edad de 60 años. El hombre de los dos espejos, ícono del neoliberalismo y figura fundamental para entender el futbol también tiene su homenaje en Radio Francia Internacional.
Pablo Alabarces es un escritor, sociólogo argentino. Una de las personas que mejor conoce la influencia del fútbol en nuestra sociedad
RFI: El personaje de Diego Maradona traspasó fronteras, despertando el interés no solo para los amantes del futbol, llegando a convertirse en un mito planetario. ¿A qué se debió esta atracción social?
Pablo Alabarces: Bueno, se debe a muchísimas razones. La primera de ellas es que Maradona, en parte, inaugura la era de los héroes deportivos globales. Es contemporáneo a otro héroe deportivo global, como podría ser Michael Jordan. En general, la biografía coincide en que 1990 es el momento de transformación de los deportes en mercancías del espectáculo global. Ahora bien, si los héroes deportivos se vuelven globales, el caso de Maradona, además tiene otros condicionantes, es posiblemente uno de los pocos héroes deportivos que lo fue en dos territorios distintos. Era un héroe ya para el fútbol argentino por sus desempeños locales y luego por la victoria en la Copa de México 1986. Pero además, al mismo tiempo, en ese momento le suma el "scudetto" en Italia con el Napoli. Y lo del Napoli es muy peculiar, porque era un equipo muy pequeño, muy pobre, tradicionalmente relegado en una estructura deportiva, política y económica muy claramente diferenciada entre el norte rico y el sur pobre de Italia. A esa condición heroica tan particular, le agregó condimentos políticos, ideológicos, culturales. La idea de que él representaba a los pobres del mundo frente a los poderosos. Eso surge en Italia e implicó que a esa condición de héroe global del deporte que le permitía esta difusión planetaria le agrega estos condimentos que son absolutamente originales. Por ejemplo si lo comparamos con Michael Jordan que es un héroe global pero no es un héroe negro global porque no carga sobre él esos significados de una etnia oprimida y perseguida en Estados Unidos. Michael Jordan en un momento decidió asumir esa condición. En cambio, Maradona, esa condición de pobre, de subalterno, de representante de los dominados, la asumió sin ningún problema y creo que exitosamente.
RFI: Hablando de su relevancia planetaria, Diego Armando Maradona ha estado presente en muchos países del mundo donde desarrolló su carrera como jugador y más tarde como director técnico. Pero un capítulo aparte merece su influencia en el pueblo latinoamericano que lo hace suyo, a pesar de lo que supone Argentina como potencia futbolística en la región y siempre rival a batir de sus países vecinos. Sin embargo, y curiosamente, Maradona, donde menos se dejó ver como futbolista fue en Sudamérica, no.
Pablo Alabarces: En América Latina fue una figura muy importante, pero su desempeño en la región fue muy escaso. Por ejemplo, Maradona nunca jugó la Copa Libertadores. Maradona jugó apenas dos Copas Américas con muy mal resultado. Su gran desempeño internacional es la Copa del Mundo, no una Copa latinoamericana. Además, en la que venció a Italia, Inglaterra, Bélgica y Alemania. Entonces su colocación no es latinoamericana, es mundial. Hay un homenaje enternecedor por parte de un niño en la India y es sabido que cuando Maradona fue dejado fuera del Mundial en 1994 por "doping", las manifestaciones en protesta alcanzaron a Bangladesh. ¿Qué une a la India con el Bangladesh? Lo que une es la condición de excolonias británicas. Maradona se transformó en una suerte de representación de una especie de antiimperialismo británico. Y eso excede a América Latina.
RFI: ¿Cómo se ha de separar la figura de Diego Maradona con la de su propio personaje? De un lado, la brillantez por ser aclamado el dios del fútbol y del otro, las sombras que dejan algunos aspectos de su vida privada.
Pablo Alabarces: Yo no soy quien y creo que aquí nadie es quien para discutir la vida privada, en tanto y en cuanto no implique perjuicios para otro tipo de sujetos públicos. Lo que en su vida privada que a mí me molesta, que le critique siempre y que no puede ser perdonado de ninguna manera, es su relación con las mujeres. Maradona era un machista, tuvo apenas dos denuncias por violencia familiar que no llegaron a nada, no tuvo condenas, no tuvo penas y luego tuvo una pésima relación con sus hijos naturales y hay varios que todavía no han sido reconocidos. ¿Pero me voy a preocupar por su consumo de drogas? Que yo sepa, ninguno de los fanáticos de Maradona nunca cuestionó su consumo de drogas. Lo consideran una cuestión personal que él tenía que resolver o no resolver. No podemos pensar la cuestión de los héroes populares, de los ídolos populares, de los mitos populares, sólo en función de si tienen actitudes morales que nos parecen más adecuadas, más cercanas a las nuestras, más tolerables o no. Salvo cuando sus conductas implican delitos o consecuencias gravosas para otros. Ahora su vida personal no fue peor que la de la de muchísima gente. Eso no destruye un mito popular. Por el contrario, ese tipo de consumos no sólo no inciden en su condición de mito popular, sino que incluso lo pueden fortalecerlo. Es humano, es como nosotros, no es un sujeto perfecto. Le gusta las mismas cosas que nos gustan a nosotros. No le gusta la vida ascética y disciplinada del deportista profesional. Le gusta la vida fiestera y disipada de cualquier ser humano. Creo que el que mejor lo describe es Manu Chao cuando dice "si yo fuera Maradona viviría como él".
RFI: Hay muchas etapas marcadas en la vida de Diego Maradona, pero realmente ¿dónde nace el mito? ¿En qué momento de su carrera deportiva marca su leyenda cuando deja de ser héroe para convertirse en mito popular?
Pablo Alabarces: El pasaje de héroe deportivo a mito popular se produce, por ejemplo en el caso napolitano cuando termina el juego entre Napoli Fiorentina que culmina 1 a 1 y consagra Napoli como campeón de la Liga italiana por primera vez en la historia. En ese momento, esa condición heroica de jugador excepcional, irrepetible, un artista que cuestionaba los límites del lenguaje futbolístico, se vuelve mito viviente, cosa que no es usual. Los mitos normalmente comienzan con la muerte de una persona. Maradona era un mito en vida. En cambio, en el caso argentino, ese día es el día 12 de junio de 1986, a las 13:11 horas mexicanas, cuando Maradona hace un gol imposible. Y lo hace, además, cuatro años después de la guerra de Malvinas que había enfrentado Argentina con Inglaterra.
Diego se convertía en Dios frente a la selección de Inglaterra aquel mes de julio de 1986. En ese mismo escenario, el Estadio Azteca y viviendo en directo el llamado gol del siglo, se encontraba el periodista Chiche Almost Ney. La historia de ese Mundial está más presente que nunca. Tras el fallecimiento de Maradona, usted tuvo la suerte de poder hablar con el Diego justo en el avión que regresaba a la albiceleste con el título de Campeón del mundo a la Argentina. En ese avión de vuelta, él ya era consciente de la impronta que acababa de dejar para la posteridad.
Chiche Almozny: Yo tuve la suerte de estar en ese avión cerca de Diego, después de la final, a las cinco horas de dar la vuelta olímpica en el Estadio Azteca. Pude hacer toda la cobertura, los festejos durante nueve horas que duró el trayecto de México Distrito Federal hasta Buenos Aires, y tuve un diálogo bastante largo con Diego. Él todavía no había caído, no se daba cuenta de lo que había hecho. Cuando llegamos a Buenos Aires fue directamente a saludar a Raúl Alfonsín, que era el presidente de los argentinos. Salieron al balcón y se llenó la Plaza de Mayo para vitorear y agradecerle a este equipo liderado por el que fue el gran jugador de ese campeonato del mundo y que por otra parte, el segundo gol a los ingleses está considerado como el mejor gol de todos los mundiales.
RFI: Efectivamente, y de eso queríamos hablar con usted, conocer un poco más la figura de Diego como futbolista. ¿Por qué fue catalogado como uno de los mejores de la historia o como el dios del fútbol?
Chiche Almozny: Fundamentalmente por lo que hizo con la Selección Argentina en aquel Mundial de 1986, cuando Argentina ganó el Campeonato del Mundo, por lo que hizo en Boca Juniors, por lo que hizo en Argentinos Juniors, pero sobre todo era el Napoli que le cambió la historia a una ciudad. La lucha del sur contra el norte. Maradona le dio un scudetto, le dio una Copa de Italia, le dio muchos títulos cuando el Napoli no había ganado absolutamente nada y donde pasó sus mejores momentos futbolísticos.
RFI: ¿Con el fallecimiento del Diego se apaga algo en el fútbol para siempre?
Chiche Almozny: El fútbol va a seguir sin Maradona, se lo va a extrañar. Siempre salen jugadores de fútbol, pero ya no creo que veamos un talento tan grande, tan espectacular, único. Diego es irrepetible, una pieza única, imposible de reemplazar.
RFI: Vamos a evocar la herencia de Diego, que en cierto modo son sus seguidores, sus admiradores, los que van a mantener viva la presencia de Maradona. Diego era amado por el pueblo, pero su fama y reconocimiento mundial no le hacía pasar inadvertido en ningún rincón del planeta, algo que él declaró en multitud de ocasiones. Quizás una de las mayores frustraciones del Diego fue la de no poder contentar a la totalidad de esa masa social que tanto le idolatraba por precisamente ser Maradona.
Chiche Almozny: Lamentablemente, creo que bajó los brazos. Estaba cansado de ser Maradona. Siempre dijo que no estaba preparado para ser la persona más conocida del universo, que le pegaron una patada y lo mandaron a la cima del mundo. Y después su adicción a las drogas y al alcohol y sus hijos no reconocidos y su posición política. Pero Diego era así, uno compraba el combo. Pero yo creo que hay que catalogarlo y juzgarlo como jugador de fútbol. Después, en la parte personal, el que esté libre de culpa que tire la primera piedra. Ha sido una persona muy generosa. Pero no estaba de acuerdo en un montón de cosas que Diego hacía porque en realidad no estaba bien. Él era un hombre que cometía muchos errores. Él murió porque ya no quería más. Hace poco había dicho a personas de su entorno "yo estoy muy cansado de ser Maradona. No tengo más ganas de ser Maradona. Me voy a tomar unas vacaciones largas".
RFI: Diego Armando Maradona seguirá vivo en la memoria de millones de fanáticos que, de algún modo u otro, tendrán siempre presente a su ídolo, merced a su adoración y compromiso con el astro. Muchos se tatuaron su nombre, otros su cara, el número diez. Algunos se hicieron adeptos de su iglesia. Y otros simplemente siguen teniendo al Diego en un altar como es el caso de Walter Rotundo que bautizó a sus hijas con el nombre de Mara y Dona.
Walter Rotundo: Es un homenaje a Diego que quise volcarlo en el amor a mis hijos. Me tocó tener dos niñas mellizas que nacieron en el mes de julio del año 2011 y decidí ponerle esos nombres. Y si bien las nenas tienen 9 años, esta historia o esta idea de esos nombres yo la tengo desde que era muy pequeño. Yo nací en el año 1982 así que no tengo recuerdos vivos de lo que fue la época de oro de Diego. Pero sí del año 90 en el Mundial de Italia, que perdemos la final contra Alemania. Y yo con tan solo 8 años me puse a llorar. Tenía la esperanza de que Argentina sea campeón y en un momento levanto la mirada a la televisión y veo que en el Estadio Olímpico de Roma lo están enfocando a Maradona llorando de la misma manera que estaba llorando yo. A partir de ahí yo me enamoré de Maradona y empezó esta historia que no terminó con la vida de él, va a terminar cuando termine mi vida.
Se nos fue Diego Armando Maradona pero nos dejó para siempre el amor por el fútbol y el sentir por una camiseta.
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Las mejores bicicletas del año 2020 están en este vídeo con todos sus detalles, clasificando las mejores bicis usadas por los pros durante las competiciones de este año. ¡Vamos a verlo!
Fuente: GCN en Español
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Fuente: https://www.nytimes.com
Por: Naomi Osaka, tenista profesional, ganó en 2020 su segundo título en el Abierto de Estados Unidos.
Punto de inflexión: A propósito de la presión tanto de los seguidores como de los jugadores, equipos de cuatro de las principales ligas deportivas profesionales de Estados Unidos cancelaron juegos y prácticas en protesta contra el racismo y la brutalidad policial.
Este es un artículo de Turning Points, una serie especial que ensaya sobre lo que los momentos críticos de este año podrían significar para el próximo.
“Cállate y dribla”.
Eso fue lo que un presentador de noticias le aconsejó a LeBron James después que habló sobre racismo, política y las dificultades de ser una estrella negra en Estados Unidos durante una entrevista en ESPN en 2018. No hace falta decir que LeBron no siguió su consejo.
La faceta de activista de LeBron captó mi atención por primera vez en 2012. Él y sus compañeros del Miami Heat publicaron fotos en las que llevaban hoodies (sudaderas con capucha) para protestar por el asesinato de Trayvon Martin, un adolescente negro desarmado que llevaba puesta una sudadera parecida cuando George Zimmerman, un vigilante vecinal voluntario en Florida, le disparó fatalmente. En 2014, un hombre negro llamado Eric Garner murió en Staten Island después de que unos oficiales de policía lo sujetaron con fuerza del cuello durante un arresto, una maniobra que en ese momento ya estaba prohibida para la policía y que, desde entonces, se ha vuelto ilegal en el estado de Nueva York. Poco tiempo después, durante un calentamiento previo a un juego, LeBron utilizó una camiseta con las palabras “No puedo respirar”, lo último que dijo Garner antes de morir y que fue captado en video mientras los oficiales lo estrangulaban. El resto de la liga siguió su ejemplo, pero James fue el foco de atención.
Si adelantamos el tiempo rápidamente a este verano, podemos ver que James continúa siendo el centro de atención. LeBron tiene la voz más fuerte y la plataforma más grande, y las está usando para protestar contra el racismo sistémico, la desigualdad y la brutalidad policial, todo mientras su carrera continúa floreciendo en medio de manifestaciones sin precedentes, una pandemia que está cambiando al mundo y heridas profundamente personales, incluida la muerte de nuestro amigo mutuo Kobe Bryant.
LeBron muestra una valentía feroz en su firme apoyo a la comunidad negra. Es inquebrantable, directo y apasionado. En la cancha o con un micrófono, es imparable y también es una inspiración. Es una persona dedicada a su profesión, pero de igual manera le dedica tiempo a su comunidad, al tiempo que continúa luchando contra una larga historia de silenciamiento de los atletas que dicen lo que piensan.
Los músicos componen y cantan todo el tiempo sobre movimientos sociales, activismo e igualdad. Los actores expresan sus opiniones y con frecuencia respaldan personalmente a candidatos políticos, organizando eventos y fiestas para recaudar fondos. De los ejecutivos de empresas, escritores y artistas prácticamente se espera que opinen sobre los últimos acontecimientos y defiendan de manera pública sus puntos de vista. Sin embargo, los deportistas por lo regular somos objeto de críticas por expresar nuestras opiniones.
¿La gente nos ve solo como cuerpos, como personas que podemos lograr lo que es físicamente imposible para casi todos los demás y que entretenemos a los aficionados superando incluso nuestros límites? ¿Se preguntan si ese conjunto de músculos, huesos, sangre y sudor también puede tener una opinión? ¿Deberían ser los deportes solo deportes y la política solo política?
A menudo ese es el mensaje. Batea, encesta. Cállate y dribla.
Pero cualquiera que sea el argumento, siempre se ignora un hecho fundamental: cuando no estamos jugando, vivimos en el mismo país que el resto de la gente. Y, como muchos atletas pueden confirmar en estos días, eso significa que estamos sometidos a las mismas injusticias y desigualdades que han llevado al asesinato de personas que se ven exactamente como nosotros, pero que no disfrutan de las mismas protecciones que nos proporcionan la fama, ciertos accesos y los sistemas de apoyo. Solo pregúntenle al jugador de la NBA Sterling Brown, a quien la policía le disparó con una pistola paralizante, o a mi colega tenista James Blake, a quien empujaron contra el piso y esposaron durante 15 minutos unos oficiales de policía tras encontrarlo parado afuera de un hotel en la ciudad de Nueva York (los oficiales dijeron que había sido un caso de identidad equivocada). El que seamos deportistas no significa que no nos afecte lo que pasa en Estados Unidos, y tampoco nos obliga a quedarnos callados.
Los deportes nunca han sido apolíticos y, mientras sigan siendo jugados por seres humanos, nunca lo serán.
Durante décadas, Muhammad Ali fue la voz de la justicia, incluso después de haber sido condenado a cinco años de prisión por negarse a ser reclutado debido a sus creencias religiosas. En Ciudad de México, en los Juegos Olímpicos de 1968, Tommie Smith y John Carlos fueron abucheados en el podio cuando levantaron los puños, cubiertos con guantes negros, y luego se enfrentaron a una ola de críticas, tanto del público como de los medios, cuando regresaron a Estados Unidos.
Colin Kaepernick puso en riesgo su carrera cuando se arrodilló durante el himno nacional antes de un partido de la NFL y es posible que no juegue nunca más en esa liga debido a eso. Megan Rapinoe ha sido una figura incondicional del movimiento LGTBQ y de la lucha por los sueldos equitativos, aun cuando eso significó enfrentarse al presidente de Estados Unidos y negarse a visitar la Casa Blanca. Venus Williams ha hecho más de lo que la mayoría de la gente sabe para continuar con el legado de Billie Jean King en la pelea por la igualdad en el tenis femenil. Coco Gauff, siendo tan joven, es muy activa en línea y ha hablado públicamente y con gran pasión en apoyo del movimiento Black Lives Matter.
Pero, a pesar de todos esos avances, todavía siento que los atletas tenemos mucho que recorrer.
Hoy en día, dada la cobertura televisiva que recibimos y nuestra relevancia en las redes sociales, los deportistas contamos con plataformas que son más grandes y visibles que nunca antes. Desde mi perspectiva, eso también significa que tenemos una mayor responsabilidad de decir lo que pensamos. No voy a callarme y driblar.
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