Fuente: https://www.nytimes.com
Por: Alice Callahan
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Por lo general bebo tres o cuatro tazas de café al día, pero a menudo me
pregunto si es demasiado. ¿Debería plantearme reducir la cantidad?
El
café puede ser muchas cosas: un ritual matutino, una tradición
cultural, un truco para mejorar la productividad e incluso una bebida
saludable. Por ejemplo, los estudios sugieren
que quienes beben café viven más tiempo y tienen menos riesgo de
padecer diabetes tipo 2, Parkinson, enfermedades cardiovasculares y
algunos tipos de cáncer.
“En general, el café es más bueno que malo”, aseveró Rob van Dam,
profesor de Ciencias del ejercicio y Nutrición de la Facultad de Salud
Pública del Instituto Milken de la Universidad George Washington.
No obstante,
entre el desayuno, el café con leche de la comida y el expreso de la
tarde, ¿es posible llegar a beber demasiado café? Y si es así, ¿cómo
saberlo?
Les pedimos a los expertos que nos dijeran la verdad, sin filtros.
Las consecuencias de excederse
El
café contiene miles de compuestos químicos, y muchos de ellos influyen
en la salud, afirmó Marilyn Cornelis, profesora adjunta de Medicina
preventiva de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad
Northwestern.
No obstante, el café
también es la mayor fuente de cafeína para la población estadounidense y
de ahí proceden la mayoría de los riesgos asociados a su consumo,
explicó Cornelis.
Tomar demasiada
cafeína puede provocar taquicardia, nerviosismo, ansiedad, náuseas o
problemas para conciliar el sueño, según Jennifer Temple, profesora de
Ciencias del ejercicio y nutrición de la Universidad de Buffalo.
También
puede provocar dolores de cabeza, reflujo e incluso temblores o vómitos
cuando se ingiere en grandes cantidades, según Adrienne Hughes,
toxicóloga clínica y profesora adjunta de Medicina de Urgencias en la
Universidad de Salud y Ciencias de Oregón.
Sin embargo, “la
respuesta que tiene la mayoría de la gente a esta sustancia está bien
adecuada”, señaló Cornelis, y cuando empiezan a presentar síntomas de
haber consumido demasiada cafeína, aunque sean leves, reducen la
cantidad.
Por lo tanto, es
poco común que el consumo de café produzca efectos secundarios
peligrosos, dijo Hughes, y añadió que las sobredosis suelen deberse a la
ingesta de demasiada cafeína en formas concentradas, como polvos o
suplementos y en un periodo corto. En la mayoría de los casos, sería
necesario consumir al menos 10.000 miligramos de cafeína (o el
equivalente a unas 50 a 100 tazas de café, dependiendo de su
concentración) para que sea potencialmente mortal, dijo Hughes.
La
cafeína puede provocar un aumento a corto plazo de la presión arterial y
la frecuencia cardiaca, sobre todo si no se consume con regularidad,
pero esto no suele ser perjudicial, comentó Hughes. Los estudios
demuestran que el consumo habitual de café no eleva la presión arterial ni el riesgo de ritmo cardiaco anormal a largo plazo.
Dicho
esto, si eres propenso a tener ritmos cardiacos anormales, o si notas
palpitaciones después de tomar cafeína, tal vez seas más sensible a sus
efectos y no deberías consumir más de lo que estás acostumbrado, ni
ingerir grandes dosis de fuentes concentradas, como suplementos o shots
de bebidas energéticas, recomendó Hughes.
Además, consumir demasiada cafeína durante el embarazo se asocia a un mayor riesgo de aborto espontáneo, según Van Dam.
Conoce tus límites
Según la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos
(FDA, por su sigla en inglés), la mayoría de los adultos pueden
consumir sin problemas 400 miligramos de cafeína al día, es decir, la
cantidad contenida en cuatro tazas de 236 mililitros de café preparado o
seis expresos. Si estás embarazada, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos recomienda no superar los 200 miligramos.
Hay
que tener en cuenta que el tamaño de las tazas y la intensidad del café
varían. Una taza normal de ocho onzas, 236 mililitros, contiene entre
80 y 100 miligramos, según la FDA; sin embargo, en Starbucks, un vaso
“alto” (de 354 mililitros o 12 onzas) de tueste medio contiene unos 235
miligramos de cafeína, más o menos la misma cantidad que un café expreso
triple.
La cafeína también puede
encontrarse en algunos tés, refrescos, chocolates oscuros, medicamentos
para el dolor de cabeza y algunos suplementos energéticos y deportivos.
Dicho
esto, la recomendación de 400 miligramos es razonable para la mayoría
de los adultos, señaló Van Dam. También se ajusta a las investigaciones
sobre la cantidad que se debe consumir para obtener beneficios para la
salud y evitar efectos secundarios desagradables. De dos a cuatro tazas
al día es “algo así como un punto óptimo”, dijo.
No
obstante, las personas metabolizan la cafeína a ritmos diferentes,
según Van Dam, y 400 miligramos pueden parecer demasiado para algunas,
mientras que otras pueden consumir más sin efectos secundarios.
Cornelis explicó que, según la genética
de cada persona, eliminar de la sangre la mitad de una dosis de cafeína
tarda entre dos y 10 horas. Si te encuentras en el extremo más alejado
de ese espectro, un café expreso a media tarde puede ocasionarte
problemas para dormir, mientras que, si metabolizas la cafeína con más
rapidez, tal vez no te afecte.
Fumar tabaco también acelera considerablemente el metabolismo de la cafeína,
por lo que quizá los fumadores necesiten consumir más cafeína para
sentirse alerta; por otro lado, estar embarazada o tomar anticonceptivos
orales puede ralentizarlo, afirmó Van Dam.
En
definitiva, “tienes que escuchar a tu cuerpo”, concluyó Temple. “Si
empiezas a sentir náuseas, nerviosismo o ansiedad, tal vez haya que
parar”, dijo. “Si te afecta para conciliar el sueño, redúcelo”.
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