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Uy. A todos nos ha pasado: es el primer día de tus vacaciones en la playa y te expusiste al sol durante demasiado tiempo. Ahora tu piel está pagando el precio y necesitas un poco de alivio.
Una quemadura solar es la reacción de las células cutáneas al daño producido por la radiación ultravioleta del sol. En una quemadura solar de primer grado, se lesiona la capa superior de la piel, llamada epidermis, lo que provoca enrojecimiento, dolor e hinchazón.
Las quemaduras solares de segundo grado son más graves porque también se daña la siguiente capa de la piel, la dermis. Cuando esto ocurre, se forman ampollas porque la epidermis y la dermis se separan y el líquido inflamatorio entra a raudales, lo que ocasiona que se formen burbujas en la piel.
En las pieles más oscuras, las quemaduras solares son más difíciles de notar al principio porque el enrojecimiento es menos evidente. “Las personas de color también pueden sufrir quemaduras solares, solo que la exposición al sol debe ser mucho mayor”, afirmó Adewole Adamson, dermatólogo y profesor adjunto de medicina interna en la Facultad de Medicina Dell de la Universidad de Texas en Austin.
Las quemaduras solares también dañan el ADN de las células cutáneas, lo que, con el tiempo, puede provocar cáncer de piel. Una quemadura solar con ampollas durante la infancia o cinco o más quemaduras solares a cualquier edad duplican el riesgo de padecer melanoma, según Jesse Lewin, profesor adjunto de dermatología de la Facultad de Medicina Icahn de Monte Sinaí y portavoz de la Fundación contra el Cáncer de Piel.
Desafortunadamente no se puede hacer nada contra los daños a largo plazo que provoca una quemadura solar en el ADN, pero existen remedios para calmar la piel a corto plazo.
Mantén la piel hidratada (y tu cuerpo también)
Es importante beber mucha agua cuando tienes una quemadura solar porque “el aumento del flujo sanguíneo hacia la piel” hace que se pierdan líquidos, señaló Jennifer Holman, dermatóloga de U. S. Dermatology Partners en Texas y portavoz de la Academia Estadounidense de Dermatología.
En cuanto a la piel misma, mantén la quemadura fría y humectada. Date un baño o un duchazo con agua fría o aplica compresas frías en la zona, pero evita las compresas de hielo porque el frío extremo podría lastimar aún más la piel.
A continuación, aplica una crema hidratante suave sobre la quemadura. Los expertos mostraron opiniones divididas sobre si se debe optar por una crema espesa o ligera. Adamson y Holman recomendaron cremas que contienen ingredientes como ceramidas o vaselina, que retienen la humedad; sin embargo, Lewin advirtió que esas cremas más espesas también pueden retener el calor y aconsejó utilizar en su lugar una opción más ligera a base de agua.
El aloe suele promocionarse como tratamiento para las quemaduras solares y los expertos afirman que además es un buen ingrediente porque es un hidratante eficaz, pero no tiene nada de especial para tratarlas. Independientemente del tipo de crema hidratante que elijas, el producto no debe tener fragancias y tener una lista de ingredientes corta para evitar cualquier sustancia adicional que pueda resultar irritante.
Si sientes mucha incomodidad, un analgésico antiinflamatorio de venta libre, como Advil o Motrin, puede ayudarte y aliviar la inflamación. No obstante, evita los analgésicos tópicos que contengan lidocaína o benzocaína, porque agravan el problema.
Ten cuidado con la descamación de la piel y las ampollas
Si te salen ampollas, asegúrate de limpiar la zona con agua y jabón. Si las ampollas te causan muchas molestias, Adamson afirma que está bien drenar el líquido con una aguja esterilizada, pero no arranques la ampolla. La piel es la primera línea de defensa contra las bacterias y otros patógenos, y exponer el tejido subyacente te deja vulnerable a las infecciones.
Aunque no se formen ampollas, pueden producirse descamaciones unos días después de la quemadura, a medida que se desprende la capa superior de piel ya muerta. Es normal querer ayudar en el proceso, pero ten cuidado de no arrancar piel sana. Cualquier señal de sangrado significa que fuiste demasiado lejos y que estás abriendo una puerta a la infección. Debido a este riesgo, Holman recomienda usar unas tijeras afiladas esterilizadas para cortar los bordes de piel muerta.
No empeores la situación y no te preocupes demasiado
La inmensa mayoría de las quemaduras solares no son muy peligrosas. Las únicas ocasiones en las que necesitarás ir al médico son si tienes fiebre (porque podría indicar un golpe de calor) o si un niño pequeño sufre una quemadura solar grave (porque corren un riesgo mayor de deshidratación).
Mientras la piel se cura, lo que suele tardar una semana, la prevención de nuevas quemaduras debe ser una prioridad. Eso no significa que una quemadura solar tenga que arruinar tus vacaciones; solo ten mucho cuidado cuando vuelvas a estar al aire libre.
Ponte crema solar con un factor de protección mínimo de 30 y reaplícatela cada dos horas. Usa un sombrero de ala ancha y cubre la zona quemada con ropa que proteja de los rayos ultravioleta. Quédate a la sombra siempre que sea posible (una sombrilla será tu aliada) y haz todo lo posible por evitar el sol durante las horas pico, de 10 de la mañana a 4 de la tarde.
Por último, no te preocupes demasiado. Una quemadura solar aumenta el riesgo de cáncer de piel, “pero no te predestina”, concluyó Adamson. El miedo a las quemaduras solares no debe “impedir que las personas practiquen actividades saludables, como estar al aire libre”.
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