La batalla del Mont Ventoux se saldó con el triunfo de Paret-Peintre por delante de Healy, Buitrago tercero, Enric Mas demostrando que también puede ser un atacante combativo y el duelo entre Pogacar y Vingegaard en tablas, ya que aunque el esloveno rascó un par de segundos en línea de meta, el danés atacó varias veces en la subida sin conseguir soltarlo.
Hay una razón por
la que necesitas una servilleta cuando muerdes un durazno de verano
maduro: la fruta contiene casi un 90 por ciento de agua. Además
de ayudar a estar hidratado, los duraznos contienen nutrientes que
mantienen sanos los ojos y pueden reducir el riesgo de enfermedades
crónicas. He aquí algunos de sus mayores beneficios, además de algunas
recetas del New York Times Cooking.
Su potasio es útil en los días de verano
Tomar líquidos de las frutas y otras fuentes alimentarias
es tan bueno como beber un vaso de agua, dijo Diane Stadler, directora
de los programas de postgrado en Nutrición Humana de la Universidad de
Salud y Ciencia de Oregón. Además de su alto contenido en agua, los
duraznos contienen una modesta dosis del electrolito potasio, que sudas
durante el ejercicio y en los días calurosos, dijo. Los electrolitos como el potasio ayudan a tus músculos a contraerse, a tu corazón a bombear y a tus neuronas a dispararse. Un durazno pequeño contiene unos180 miligramos de potasio, que es aproximadamente el cinco por ciento de la cantidad diaria recomendada. (En comparación, una pastilla de electrolitos Nuun contiene 125 miligramos).
Son ricos en flavonoides y carotenoides
“Los
duraznos combinan dos grupos de pigmentos que no se suelen ver juntos
en otras frutas y verduras”, dijo Mary Ann Lila, distinguida profesora
del Instituto de Plantas para la Salud Humana de la Universidad Estatal
de Carolina del Norte. Sus característicos colores del atardecer
proceden de los flavonoides y carotenoides, sustancias químicas que las
plantas producen como mecanismo de defensa contra los insectos y los
efectos nocivos de la luz solar.
Las investigacionessugieren
que las personas que siguen una dieta rica en flavonoides, que producen
los tonos rojos y rosados de los duraznos, tienden a tener un menor
riesgo de enfermedades cardiacas.
Los
flavonoides también pueden ayudar a mantener aguda la memoria y la
cognición, dijo Lila. Después de que las bacterias intestinales los
descomponen, liberan sustancias químicas en el torrente sanguíneo que
pueden llegar al cerebro. Lila ha estudiado los flavonoides (utilizando
polvo de arándanos silvestres, no duraznos), y su investigación
ha descubierto que una dieta rica en ellos puede mejorar los tiempos de
reacción, las habilidades motoras y el procesamiento de la información
en los adultos mayores.
Los
carotenoides, responsables de los tonos anaranjados de los duraznos, son
potentes antioxidantes, añade Beth Olson, profesora asociada de
Nutrición de la Universidad de Wisconsin-Madison. Los
antioxidantes ayudan a reducir el riesgo de enfermedades uniéndose a
los radicales libres, moléculas que pueden causar daños en nuestros
tejidos y desencadenar inflamaciones.
Aportan una modesta cantidad de vitamina A
Los
carotenoides tienen un segundo beneficio: el organismo puede
convertirlos en vitamina A. Un durazno pequeño contiene el equivalente a
35 microgramos de vitamina A, alrededor del cuatro por ciento de la cantidad diaria recomendada.
La
vitamina A es más conocida por su papel en la salud ocular y la visión.
Esto se debe a que es un componente clave de la retina, la parte del
ojo que convierte la luz en información que envía al cerebro, dijo Lila.
También
es crucial para la división celular, dijo Olson, incluidas las células
que necesitan reemplazarse con frecuencia, como las inmunitarias y las
de la piel.
¿Cuál es la mejor manera de comer duraznos?
Para
maximizar los beneficios nutricionales, no los peles, dijo Lila: “La
mayor parte de lo bueno está en la piel”. Eso incluye gran parte de la
vitamina A y los polifenoles, además de unos gramos de fibra saludable para el corazón y el intestino.
Antes
de comer ese durazno, pásalo por agua fría y sécalo con una toalla de
papel; eso debería bastar para eliminar los pesticidas y las bacterias
potencialmente dañinas, dijo Stadler.
Aunque
no hay nada mejor que un durazno fresco, las variedades congeladas o
enlatadas también son nutritivas, siempre que no lleven azúcar añadida,
dijo Olson. Solo ten en cuenta que no obtendrás los beneficios
saludables de la piel.
Lila recomienda
cocinar los duraznos sin exponerlos demasiado al calor, ya que eso puede
degradar algunos nutrientes importantes, como la vitamina A. Su método
favorito es cortar los duraznos por la mitad, pincelarlos con aceite de
oliva y asarlos a la parrilla. Aquí tienes otras ideas que puedes probar de NYT Cooking.
4. Sorbete cremoso de durazno con frambuesas. Mezclar duraznos
blandos con yogur natural y un toque de gelatina ayuda a que se asienten
en el congelador y se conviertan en un cremoso sorbete.
Nos adentramos en el paddock de la Copa del Mundo de MTB en Pal Arinsal para descubrir todas las novedades técnicas y curiosidades del XC de alto nivel. Desde la sorprendente bicicleta BMC con ruedas de 32” hasta el regreso de Tom Pidcock con una Pinarello totalmente rediseñada y equipada con lo último de SRAM. Pero hay mucho más: prototipos, soluciones artesanales, nuevos grupos Shimano, neumáticos inéditos, personalizaciones extremas y detalles únicos que solo se ven en competición. Si te apasiona el material, este vídeo es para ti.
¿El embarazo significa pausar tu entrenamiento? ¿Es seguro ejercitarse durante la lactancia? En este capítulo de Comer Para Ganar resolvemos las dudas más comunes que enfrentan las mujeres activas antes, durante y después del embarazo.Si eres mamá, estás por serlo o trabajas con mujeres deportistas, este episodio es para ti.
Por:Editado por Felipe Espinosa Wang con información de The Guardian, New Scientist y The Global Helath.
Durante décadas, se nos ha hecho creer que una vida más larga y saludable depende casi exclusivamente de nuestras decisiones personales: dietas estrictas, rutinas de ejercicio intensivo o las últimas modas de bienestar que circulan en redes sociales. Pero para Devi Sridhar, profesora de Salud Pública Global en la Universidad de Edimburgo, esta
narrativa es, en el mejor de los casos, una verdad a medias. Según ella,
se trata de un mito que desvía la atención de los factores estructurales que realmente determinan nuestra salud.
La investigadora, en su libro How Not to Die (Too Soon) (Cómo no morir [demasiado pronto]: las mentiras que nos han contado y las políticas que pueden salvarnos),
demuestra que, contrariamente a la visión individualista predominante,
son las políticas de salud pública y las decisiones gubernamentales las
que verdaderamente determinan nuestra longevidad, ejerciendo un impacto
considerablemente mayor que cualquier batido depurativo o entrenamiento
de moda.
En otras palabras, el enfoque excesivo en la responsabilidad
individual puede resultar empoderador, pero, según Sridhar, distrae del
verdadero factor determinante: las condiciones en las que vivimos. Y es
que de poco sirve contar calorías o perfeccionar posturas de yoga si
respiramos aire contaminado, carecemos de agua potable o nos enfrentamos a carreteras peligrosas diariamente.
con New Scientist,
Sridhar sostiene que alrededor del 20 % de las muertes en países de
ingresos altos podrían evitarse con mejores políticas públicas y que,
por ejemplo, Japón tiene la mitad de ese porcentaje debido a sus
políticas efectivas en salud pública.
Al ser consultada sobre si asumir la responsabilidad de nuestra
propia salud carece de sentido, Sridhar aclara categóricamente que no.
"Es súper efectivo si puedes hacerlo. Puedes elegir ser saludable si
tienes recursos, tiempo y educación", asegura. Sin embargo, como explica
a New Scientist, "la idea de que los individuos son
completamente responsables de su salud –que es lo que se nos está
proyectando– no refleja las realidades de las vidas de las personas".
Así, según explica, la verdad incómoda es que el lugar donde vivimos y
nuestras circunstancias afectan drásticamente cuánto tiempo viviremos.
Mientras que las élites tienen acceso
a todo tipo de ventajas –desde costosos centros de ocio hasta chefs
personales– el resto nos enfrentamos a realidades mucho más complejas.
"Puedes convertirte en un 'caso atípico' saludable si tienes dinero, tiempo y recursos", señala Sridhar en una columna de opinión publicada en The Guardian.
"Hay una razón por la que ser miembro de la realeza es una de las
formas más seguras de vivir una vida larga y saludable. Pero para
aquellos de nosotros que somos plebeyos, no hay forma de escapar
completamente de los factores sociales", agrega.
El verdadero camino hacia la longevidad
Durante gran parte del siglo pasado, la esperanza de vida
aumentó continuamente. Sin embargo, esta tendencia se ha revertido en
varios países ricos. Según datos citados por Sridhar, en Gran Bretaña la
esperanza de vida ha disminuido en seis meses, y en Estados Unidos en
2,33 años.
Mientras tanto, en lugares como Japón –donde hay un 80 % menos de
cáncer de mama y de próstata que en Norteamérica– la clave, según
Sridhar, no está en una obsesión cultural con los libros de autoayuda,
sino en políticas públicas efectivas. Así, continua, resulta revelador
que la industria de las dietas
en el Reino Unido mueve aproximadamente 2.000 millones de libras al
año, mientras que en Japón apenas alcanza los 42,8 millones de dólares.
"Lo que destaca de estos lugares es que las personas no solo toman
decisiones individuales que les llevan a mejorar su salud, sino que
viven en sitios donde el gobierno y la cultura han normalizado los
estilos de vida saludables", explica Sridhar.
Las diferencias entre países –y dentro de ellos– son abismales. Según
cifras recogidas por la investigadora, solo en la última década, las
armas de fuego causaron 2,75 millones de muertes, en su mayoría de
hombres jóvenes en países como Brasil, México, Colombia o Estados
Unidos. Y mientras la tasa global de muertes por armas apenas ha variado
entre 1990 y 2019, las muertes siguen concentrándose en los mismos
lugares, y afectan sobre todo a quienes viven en zonas pobres.
Por eso, Sridhar insiste en que necesitamos repensar nuestra obsesión
con la autoayuda. "No necesitamos más investigación”, afirma
provocativamente. "Sabemos mucho. Probablemente podemos llegar al 90 por
ciento del camino con el conocimiento existente sobre cómo mejorar la
salud pública a nivel poblacional".
En otras palabras, de acuerdo con la científica, lo que falta es voluntad política.
Casos exitosos de intervención gubernamental en salud
Un ejemplo de intervención gubernamental exitosa destacado por Sridhar es el caso de Dunblane, Escocia.
Tras un tiroteo escolar en 1996, se implementó una estricta legislación
sobre armas que ha resultado en "décadas sin tiroteos masivos en
escuelas británicas".
"Hubo una decisión deliberada de crear el NHS [Servicio Nacional de
Salud británico]. No pasó al azar", enfatiza Sridhar. "Todo lo que
tenemos es un conjunto de decisiones políticas que se tomaron antes, a
veces hace décadas, de las que nos estamos beneficiando hoy", agrega.
Parte del problema es cómo se promociona la salud pública. "Parece
que pensamos que las cosas que se nos comercializan y venden de la
manera correcta son mejores", dice Sridhar a New Scientist. "Creo que hay un problema real de marketing en salud pública".
La desinformación
también juega un papel crucial. "Si yo saliera y dijera: '¿Sabes cuál
es el secreto para una vida más larga? ¡Gin tonic!', obtendría un millón
de clics", bromea Sridhar, destacando cómo la popularidad a menudo
supera a la precisión en las redes sociales.
Prevención: la clave olvidada del sistema sanitario
Si la autora estuviera a cargo del NHS, su enfoque sería claro:
prevención. "Gastamos mucho menos en prevención y mucho más en atención
aguda", lamenta. "Podríamos tener un programa donde las personas vayan y
se revisen la presión arterial una vez al año. Podría costar más en el
primer año, pero cinco o 10 años después, estás ahorrando dinero".
Sridhar, quien se ha propuesto personalmente llegar a los 100 años
con buena salud –una meta para la que, según la calculadora de esperanza
de vida de la ONS, tiene un 9,3 % de probabilidades–, invita a
reflexionar sobre la legendaria búsqueda de la inmortalidad emprendida
por Ponce de León en el siglo XVI, cuando en España la esperanza de vida
apenas alcanzaba los 25 o 30 años.
Aunque conoce bien el mundo del bienestar –ha probado disciplinas
como HIIT, yoga, spinning e incluso pilates sobre paddleboard, y se
formó como entrenadora personal–, Sridhar sostiene que la verdadera
clave para una vida longeva nunca estuvo en esa fuente mítica de
juventud del explorador español, ni en la disciplina individual llevada
al extremo.
Para ella, la lección más valiosa que deja la historia es clara:
vivir más y mejor depende sobre todo de contar con gobiernos estables,
servicios públicos sólidos, avances científicos y comunidades que
favorezcan la salud colectiva. En definitiva, su experiencia como
científica le ha enseñado que, por más rutinas y superalimentos que
sigamos, los factores más determinantes para nuestra longevidad están
fuera del control individual.