Cada vez hay más videos violentos, pornográficos o antisemitas en los chats de escolares. En muchas escuelas es un grave problema, pero pocos hablan abiertamente del tema. ¿Cómo proteger a niños y jóvenes? Muchas escuelas se implican en educar a sus alumnos en un uso responsable de las redes sociales. Aunque los celulares estén prohibidos, es difícil controlar qué circula por los chats de escolares, porque en ellos se comparten contenidos problemáticos prácticamente a diario. No siempre son videos con contenido violento; en los grupos de WhatsApp también suelen verse pequeñas imágenes, conocidas como "stickers”, con contenido pornográfico, antisemita o ultraderechista. Un problema en muchas escuelas alemanas. La abogada Gesa Stückmann, de Rostock, lleva años informando sobre lo que está permitido y lo que está prohibido en la red. Y es que muchas y muchos escolares desconocen que las cruces gamadas o el saludo nazi pueden ser motivo de incriminación. Aunque en Alemania los jóvenes solo son responsables penalmente a partir de los 14 años, quiere que los niños sean conscientes desde temprana edad de qué es lo que están compartiendo: "Ya no basta con decirles que no deben pegarse, robar, romper cosas o cruzar la calle cuando el semáforo esté en rojo. Ahora tienen que saber ya desde pequeños lo mismo que los adultos”. Y es que tecnología que en principio se concibió para adultos hoy está también al alcance de los niños. En su computadora, Gesa Stückmann ha ido recopilando a lo largo de los años todo lo que aparece en chats de escolares. El patrón de los "stickers” nazis es casi siempre el mismo: la gravedad de los crímenes nazis se banaliza y así parecen no ser tan espantosos. "A base de acumulación se produce este efecto”, afirma Stückmann, "si uno lo lee continuamente, acaba bajando la guardia”. En los celulares de escolares también aparecen cada vez más "stickers” con contenido pedófilo. Entre 2018 y 2019, la Oficina de Investigaciones Criminales (BKA por sus siglas en alemán) registró casi una triplicación de los casos. ¿Qué mueve a los jóvenes a reenviar este tipo de imágenes? Tras exhaustivas investigaciones en distintas escuelas, un alumno se muestra dispuesto a hablar del tema. Él mismo llegó a compartir una imagen pedófila, por lo que estuvo bajo investigación policial: "Sencillamente no era consciente de que era algo malo. Estás en tu propio mundo y recibes una imagen chocante, fuerte, algo nuevo. Y sientes la necesidad de decir: ‘¡Miren lo que tengo! ¿Qué fuerte, no?’” El interrogatorio policial acabó entonces con un apercibimiento. "Lo que queda es la vergüenza", afirma el joven, de no haber sido lo suficientemente maduro como para ver que ese tipo de imagen no se comparte.
Fuente: DW Documental
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