lunes, 29 de enero de 2024

Podcast El Alimentólogo: 6 Suplementos que no sabías de dónde venían...

 

 

En el Episodio 191 te contaré los orígenes de seis suplementos deportivos comunes: dextrosa, maltodextrina, aminoácidos ramificados (BCAAs), proteína de suero de leche y creatina. 

Fuente: El Alimentólogo

 

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Podcast El Maillot: Mallorca no defrauda

 

 

Para que no te pierdas nada:

  • Entradilla (00:00 - 08:23)
  • Repasamos todo lo ocurrido en los cinco trofeos de la Challenge de Mallorca, con victoria incluida de Pelayo Sánchez. No nos olvidamos de la Cadel Evans Great Ocean Race y la Surf Coast Clasic (08:23 - 1:35:26)
  • Realizamos la previa de la Volta a la Comunitat Valenciana, con el debut de varios corredores, así como de la Étoile de Bessèges y el AlUla Tour. Además, rematamos con una pequeña dosis de 'off-topic' (1:35:26 - 2:32:55)Leemos vuestros siempre inestimables comentarios que nos dejasteis en el pasado programa (2:32:55 - 2:51:07)

 Dirección llevada a cabo por Juan Clavijo. Comentarios de David García Landero. 

 

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domingo, 28 de enero de 2024

Meme 28/01: Tan pequeñita y luminosa

 


 

 

8 mitos sobre el ejercicio que necesitas dejar de creer

 

 

Fuente: https://www.nytimes.com

Por: Danielle Friedman es periodista en Nueva York y autora de Let’s Get Physical: How Women Discovered Exercise and Reshaped the World.

 

Cuando se hace bien, el ejercicio puede ser una auténtica droga milagrosa. Pero si sigues los consejos equivocados, es fácil que te lesiones. Por ejemplo, la abdominal alguna vez fue considerada el ejercicio de referencia para el core (los músculos de la pared abdominal), pero ahora sabemos que puede empeorar el dolor lumbar.

La cultura del ejercicio está plagada de ideas erróneas de este tipo, debido a la constante evolución de la ciencia y a los influentes que comparten consejos basados en “anécdotas y saberes del gimnasio”, comentó Brad Schoenfeld, profesor de Ciencias del ejercicio en el Lehman College de Nueva York. “Una vez que esas opiniones se difunden entre el público y se arraigan, son difíciles de cambiar”.

Le pedí a más de una decena de expertos del acondicionamiento físico que compartieran los mitos que escuchan con mayor frecuencia entre clientes y pacientes y que desearían poder desmentir.

Mito 1: deberías estirarte antes del ejercicio

Si has estado en una clase de gimnasia de la escuela, tal vez te dijeron que le dedicaras unos minutos a estirar antes de hacer ejercicio. Pero investigaciones recientes han descubierto que hacer estiramientos antes de ejercitarse es ineficaz para prevenir lesiones y puede ser contraproducente. Esto se debe a que estirar un músculo durante más de 90 segundos disminuye su fuerza de manera momentánea.

“Solo debilitaste temporalmente todos los grupos musculares que intentas entrenar”, comentó Josh Goldman, director asociado del Centro de Medicina Deportiva de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en Los Ángeles.

Si en verdad te gusta la sensación de estiramiento antes de la actividad física, no mantengas el estiramiento durante mucho tiempo, dijo Goldman.

Si deseas prepararte de manera más eficaz para el ejercicio, realiza un calentamiento dinámico; es decir, una serie de ejercicios activos que hagan fluir la sangre y tensen los músculos un poco. El experto recomienda dejar los estiramientos para otro momento. “Me gusta decir a la gente que los haga antes de acostarse”, ya que así les da tiempo a los músculos para recuperarse antes de volver a moverse.

Mito 2: hay que levantar mucho peso para hacer músculo

Schoenfeld, quien estudia cómo se desarrollan los músculos, dice que no es verdad. Un importante cuerpo de investigación ahora muestra que el levantamiento de pesas relativamente ligeras en, digamos, 30 repeticiones es tan eficaz para generar músculo y fuerza como el levantamiento de pesas que se sienten más pesadas en cinco a 12 repeticiones. Es una cuestión de preferencias personales.

Pero no evites levantar más peso por temor a que te haga verte “muy musculoso”, comentó Jacob Sellon, médico especialista en medicina deportiva de la Clínica Mayo. “En realidad, hace falta mucho esfuerzo” para tener los músculos de Popeye, afirma. “No es algo que sucede solo con el típico entrenamiento de fuerza”.

Mito 3: correr lastima tus rodillas

No temas: las investigaciones ya desmintieron la idea de que correr aumenta el riesgo de padecer osteoartritis e incluso sugieren que puede proteger tus rodillas contra esta enfermedad. De hecho, no moverse aumenta el riesgo de desarrollar osteoartritis, junto a la edad, el peso y la genética.

Durante años, los expertos pensaron que “nuestras rodillas eran como las llantas: si tu auto se mueve muchos kilómetros, desgastas la banda de rodamiento”, explicó Goldman. “Eso no es cierto, porque nuestro cuerpo es dinámico” y nuestras articulaciones pueden regenerarse por sí solas, sobre todo cuando realizamos actividad física con regularidad.

Pero, en definitiva, correr puede causar dolor o lesiones en las rodillas si te excedes en el entrenamiento, comentó Jordan Metzl, médico especialista en medicina deportiva del Hospital for Special Surgery de Nueva York. Metzl llama a esto “violar la regla de los demasiados”: correr demasiado rápido o demasiado lejos demasiado pronto. “Aumenta poco a poco”, dijo. Y si empiezas a sentir dolor en la rodilla, acude con un experto en medicina deportiva a una revisión lo antes posible.

Mito 4: caminar es suficiente para mantenerte en buena condición a medida que envejeces

Caminar es un ejercicio bastante común entre los estadounidenses mayores por una buena razón: se ha demostrado que disminuye el riesgo de las enfermedades cardiacas, la diabetes y algunos tipos de cáncer, así como el riesgo de muerte prematura. Y además es muy sencillo.

Pero caminar no basta para mantenerse en forma con la edad, afirmó Anne Brady, profesora asociada de Ciencias del ejercicio en la Universidad de Carolina del Norte-Greensboro. A partir de los 30 años, la masa muscular disminuye progresivamente, por lo que también hay que centrarse en el entrenamiento de fuerza.

“La gente puede hacer actividades diarias con una mínima cantidad de acondicionamiento cardiovascular”, afirmó. “Pero cuando no tienen la fuerza o el poder muscular para hacer sus actividades diarias, ahí es cuando pierden su independencia”.

Hay que complementar las caminatas con sesiones semanales de 20 minutos de entrenamiento de fuerza.

Mito 5: las modificaciones son para principiantes

Elegir hacer una versión menos exigente de un ejercicio —por ejemplo, una lagartija o una plancha con las rodillas en el suelo— no significa que seas débil o un novato o que estés retrocediendo, dijo Stephanie Roth-Goldberg, trabajadora social clínica y terapeuta en Nueva York que trabaja con atletas. Es señal de que escuchas a tu cuerpo y lo mantienes a salvo.

“Nuestros cuerpos necesitan cosas distintas cada día”, afirma. “Modificar los ejercicios nos ayuda a trabajar la postura y la conexión mente-cuerpo”.

Mito 6: los corredores y ciclistas no necesitan entrenamiento de resistencia para la parte inferior del cuerpo

Amanda Katz, entrenadora certificada de fuerza y carrera en Nueva York, dice que a menudo tiene que convencer a los clientes que corren o montan en bicicleta de que también necesitan hacer entrenamiento de resistencia para la parte inferior del cuerpo.

Golpear el pavimento o pisar los pedales fortalece la parte inferior del cuerpo, pero no lo suficiente como para estimular un crecimiento muscular significativo, afirmó. Un régimen de entrenamiento de fuerza que incluya sentadillas, zancadas, puentes de glúteos y puntas puede mejorar la densidad ósea y reducir el riesgo de lesiones, además de convertirte en un corredor o ciclista más fuerte.

Mito 7: necesitas caminar 10.000 pasos diarios para estar sano

No. Los científicos del ejercicio desmintieron este mito hace años, pero muchos estadounidenses lo siguen considerando una referencia de buena salud, comentó Cedric Bryant, presidente y director científico del Consejo Estadounidense de Ejercicio.

El mito se remonta a la década de 1960, cuando un fabricante japonés de relojes produjo en serie un podómetro cuyo nombre se traducía como “medidor de 10.000 pasos”. “Por desgracia, ha cobrado vida propia, porque es evidente que las investigaciones no sustentan que haya algo mágico en ese objetivo”, afirmó Bryant.

Las investigaciones más recientes sugieren que los beneficios a la salud de caminar parecen estabilizarse en los 7500 pasos, pero incluso 4000 pasos diarios pueden reducir el riesgo de morir por cualquier causa.

Mito 8: tomar baños helados después de un entrenamiento fuerte mejora la recuperación

Sumergirse en una bañera helada después de un entrenamiento arduo puede parecer una salvación contra las lesiones, ya que ayuda a reducir la inflamación. Pero esto tiene un problema.

“No toda la inflamación es mala”, afirmó Goldman. Si te metes a una tina helada después de cada entrenamiento, podrías retrasar o detener el proceso de reparación.

Goldman explicó que cuando se hace ejercicio, se crea una inflamación útil al forzar estratégicamente los músculos y, a medida que el cuerpo se recupera, se fortalece. Si se quiere tratar una lesión concreta después de un entrenamiento, Goldman recomienda aplicar hielo sobre la lesión o esperar un día antes de darse un baño helado, a fin de dar tiempo a los músculos a iniciar el proceso de reparación.

La misma regla aplica a los analgésicos de venta libre, como los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs): como son antiinflamatorios, solo debes tomarlos después de entrenar si estás tratando una lesión. De lo contrario, corres el riesgo de contrarrestar tu entrenamiento.

“Las inmersiones en agua fría son una muy buena herramienta para desinflamar, pero hay que usarla en un momento en que de verdad quieras prevenir la inflamación y como receta después de cada entrenamiento”, recomendó Goldman.

Para la recuperación general después de un entrenamiento, las investigaciones sugieren que los saunas son más seguros y eficaces.

 

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sábado, 20 de enero de 2024

Meme 20/01: El pop de las palomitas

 


 

 

El apetito no es un enemigo. No debemos silenciarlo

 

 

Fuente: https://www.nytimes.com

Por: Manne es profesora adjunta de filosofía en Cornell y autora de un libro sobre la gordofobia, de próxima publicación.

 

Antes de 2022, solo había rumores. Ahora, el concepto de “ruido de la comida” es omnipresente en redes sociales.

Una búsqueda rápida en TikTok, por ejemplo, revela que los videos relacionados con “una explicación sobre el ruido de la comida” acumularon 1800 millones de visualizaciones hasta en el verano del año pasado. El “ruido de la comida”, acuñado para designar la experiencia de pensar en comida, desearla, planear la siguiente y demás, es un cambio de imagen ingenioso para algunos de los impulsos humanos más básicos: hambre, apetito, antojo. Pero ahora se presentan como fallas, no como características. Deberíamos resistirnos a este replanteamiento.

Las referencias al “ruido de la comida” aparecen todo el tiempo en relación con la nueva y muy publicitada clase de medicamentos que a menudo inducen a la pérdida de peso, como Ozempic y Wegovy. Criticar el concepto de “ruido de la comida” no es dudar de que algunas personas hayan llegado a experimentar así su relación previa con el hambre mientras tomaban estos fármacos, cuyos efectos supresores del apetito son poderosos. Sin embargo, llamar a algo ruido es ir más allá de describirlo: es invocar la afirmación normativa de que simplemente amar la comida, dejar que la comida ocupe nuestros pensamientos y responder a nuestra hambre es sospechoso. No lo es.

Una cosa es argumentar que el objetivo de la pérdida de peso justifica los medios para suprimir el apetito de algunos pacientes (por supuesto, junto con el importante papel de estos fármacos en el tratamiento de la diabetes tipo 2), aunque se puede discrepar incluso con eso. Como una crítica de la gordofobia y de la presión implacable para reducir la talla, yo pondría énfasis en la ciencia que demuestra que la pérdida de peso no es el remedio mágico que parece ser. Sin embargo, independientemente de la opinión que tengamos al respecto, es demasiado drástico argumentar de manera implícita —por medio del término “ruido de la comida”— que el apetito en sí mismo es un problema que hay que resolver.

La idea de que no debemos ignorar nuestras señales de hambre se ha dado a conocer por las críticas a la cultura de las dietas, y la idea de que tampoco debemos silenciar el hambre es, para mí, igual de convincente. Como alguien que tiene un largo historial de intentar calmar el hambre con supresores del apetito —desde “suplementos” de venta libre hasta Adderall con receta médica—, no fueron solo los efectos secundarios lo que terminó por afectarme, sino cómo el intento de anular el hambre se convirtió en un ejercicio de autoalienación. Cuando tenemos hambre, nuestro cuerpo nos dice que comamos, casi literalmente, emitiendo gritos, llamadas y súplicas que constituyen imperativos corporales. Silenciamos o ignoramos esa voz interior de necesidad en detrimento de la aceptación de nuestra naturaleza animal y, con ella, nuestra humanidad.

El placer que nos da la comida es un bien humano importante. Después de disfrutar una temporada de fiestas centrada en la comida, deberíamos recordar sus consuelos y placeres —los latkes crujientes y relucientes, el stollen relleno de mazapán, las galletas de mantequilla rellenas de mermelada— con cariño y deleite, no con culpa, vergüenza ni autodesprecio. La comida nos conecta con nosotros mismos y con los demás y hay daños reales en enseñarle a la gente a replantear el placer que les produce como un problema que debe tratarse con medicamentos. Debido a que el 81 por ciento de las personas que tomaron Wegovy en Estados Unidos el año pasado fueron mujeres, según datos de su fabricante, Novo Nordisk, podemos entender esta tendencia como parte de una devaluación perpetua del placer femenino y de la vergüenza de los apetitos viscerales de las mujeres. En un tuit del año pasado, la célebre autora culinaria inglesa Nigella Lawson se lamentó: “No podría soportar vivir sin el ruido de la comida”. En un comentario en respuesta, alguien escribió: “Creo que se le llama ‘música de la comida’”.

No hay que ser un amante de la gastronomía profesional para disfrutar de la música de la comida ni para lamentar su silencio. Un investigador cuyo trabajo contribuyó al desarrollo de los llamados agonistas de los receptores GLP-1, como Ozempic, cree que la pérdida del disfrute por la comida mientras se toman estos fármacos no solo es una pérdida genuina, sino también una de las principales razones por las que los pacientes tienden a dejar de tomarlos. “Lo que pasa es que se pierde el apetito y también el placer por comer” y “hay que pagar un precio cuando se hace eso”, dijo Jens Juul Holst, profesor de ciencias biomédicas de la Universidad de Copenhague. Para algunas personas, “cuando llevan uno o dos años en esto”, dijo, “la vida es tan aburrida que se vuelve miserable, así que no pueden soportarla más y deben regresar a su antigua vida”. O como una paciente, Aishah Simone Smith, dijo: “Mi vida necesita más placeres, no menos. Comer añade dramatismo, diversión y energía a mi experiencia, la cual de otro modo sería apática y distímica. Cuando perdí mi anhelo por comer, mi vida perdió sentido”.

Sin duda, algunas personas que se identifican con el término “ruido de la comida” experimentan una obsesión genuina en torno a la comida, además de que se involucran en conductas perjudiciales como los atracones. Sin embargo, según especialistas como nutricionistas y psicólogos, estos problemas suelen tener su origen en la restricción. En otras palabras, el ruido de la comida puede ocurrir cuando no se come lo suficiente para satisfacer el apetito, a menudo bajo la presión de la cultura de las dietas, una cultura a la que contribuyen fármacos como Ozempic y Wegovy, al normalizar la alimentación restrictiva y tratar el hambre como una patología. (Por supuesto, podemos reconocer que las presiones y prácticas culturales son problemáticas y, al mismo tiempo, empatizar con las personas que las padecen).

Menospreciar nuestro apetito tiene consecuencias para la cultura en general. En esencia les decimos a las personas —de nuevo, en especial a las mujeres— que no confíen en sus cuerpos de maneras que huelen a manipulación o gaslighting. Imaginemos un mundo en el que pudiéramos anular nuestra necesidad de dormir con un medicamento mucho más potente y duradero que la cafeína: por ejemplo, una nueva clase de anfetaminas que pueda suprimir la necesidad de sueño durante días, si no semanas. Y así llegamos a declararnos aquejados por el “ruido del sueño”, en vez de simple cansancio humano, por ende, representamos una necesidad corporal normal como una debilidad y los fármacos para tratar este cansancio como una solución a este problema que no es un problema. La idea de promover como mero ruido las súplicas de descanso que nos da el cuerpo —y, por lo tanto, como algo a lo que no se le debe hacer caso— roza en lo distópico. El caso del hambre no es distinto.

En la vorágine mediática en torno a los fármacos que contienen semaglutida, como Ozempic y Wegovy —de nuevo, cuando se toman solo para perder peso, en vez de para tratar la diabetes u otros problemas de salud—, se ha prestado poca atención a las dificultades que tenemos las personas que nos hemos acostumbrado durante mucho tiempo a ignorar nuestra voz de hambre, al grado de llegar a presentar un modo de comer anormal o incluso sufrir trastornos alimenticios manifiestos. A pesar de la alta prevalencia de este tipo de problemas —incluso en niños y adolescentes, con trastornos alimenticios que afectan a más de uno de cada cinco en todo el mundo—, la capacidad que tienen estos fármacos para llevar a la gente a un territorio peligroso casi nunca se aborda con seriedad. Incluso al margen de los fármacos en sí, el discurso exaltado que los rodea —que celebra un futuro en el que la comida y el apetito sean superados— es tenso para quienes han batallado para no convertir el hambre en una enemiga. Y para cualquiera de nosotros, la alegría, el placer y el consuelo que aporta la comida tampoco debería ser descartado. Por supuesto que necesitamos comer para vivir, pero esto va más allá; vivir para comer nos ha dado sentido y comunidad a muchos de nosotros durante mucho tiempo, así como sustento puro. El ruido de la comida no debe tratarse como algo patológico que se debe eliminar con medicamentos. Más bien, podríamos llamar a esto la “música de la comida” y bailar al son de ella.

 

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miércoles, 17 de enero de 2024

Video: Doble o Rígida ¿Qué bicicleta de MTB es mejor? ¿Cuál elegir y por qué? Con/Sin suspensión detrás | Laura Celdrán Subiela

 

 

Y tú: ¿Qué tipo de bicicleta de montaña MTB prefieres?: rígida o doble suspensión ¿Qué beneficios e inconvenientes tiene una bicicleta con doble suspensión (bicicleta doble; con suspensión delantera horquilla y suspensión trasera -amortiguador-)? ¿Qué beneficios e inconvenientes tiene una bicicleta sin suspensión trasera (bicicleta rígida; con solo suspensión delantera - sin horquilla-)?

Fuente: Laura Celdrán Subiela

 

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Meme 17/01; Yes! Done!

 


 

 

lunes, 15 de enero de 2024

Podcast El Alimentólogo: Así cambiará tu vida la Inteligencia Artificial

 

 

Fuente: El Alimentólogo

 

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Podcast El Maillot: La temporada 2024 echa a rodar

 

 

Para que no te pierdas nada:

  • Entradilla (00:00 - 08:39)
  • Os contamos las principales novedades de este año y enfocamos las primeras previas, con especial atención al Tour Down Under, que inaugura el calendario ciclista internacional este martes. No nos olvidamos de la Clásica CV 1969 y el nuevo Gran Premio de Castellón (08:39 - 1:10:57)
  • Repasamos los calendarios de las principales estrellas del pelotón y os contamos dónde debutará cada una de ellas. Además, hacemos una breve previa de la Copa del Mundo de CX de Benidorm, en la cual estará presente El Maillot (1:10:57 - 2:04:09)
  • Leemos vuestros siempre inestimables comentarios que nos dejasteis en el pasado programa (2:04:09 - 2:21:18)

Dirección llevada a cabo por Juan Clavijo. Comentarios de Miguel Triviño y Marco González.

Fuente: El Maillot

 

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sábado, 13 de enero de 2024

Meme 13/01: Amor es mi culpa por no leer tu mente

 


 

 

Meme 13/01: Por fin descubri para que sirveb estas cosas que le ponen a los carros

 


 

 

 

Video: Desde Ir al Trabajo en Bici a Competir en el Campeonato del Mundo en 3 Años | Gracia Sotomayor

 

 

Desde Ir al Trabajo en Bici a Competir en el Campeonato del Mundo en 3 Años | Gracia Sotomayor En apenas 3 años, Gracia Sotomayor hizo realidad lo que parecía imposible: competir en el campeonato mundial de ciclismo artístico en Europa. Originaria de Perú, donde el ciclismo artístico ni siquiera existía, decidió irse a Alemania, el epicentro de esta disciplina. Allí, desafiando todas las expectativas, comenzó su trayectoria a casi los 30 años, una edad completamente inusual para un deporte que normalmente se inicia entre los 6 y 10 años. Y para rematar, Gracia sobresale en un deporte que implica realizar trucos y acrobacias impresionantes, todo sobre la bicicleta. Descubre la historia de Gracia... y cómo logró lo imposible.

Fuente: GCN en Español

 

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Podcast El Maillot: Las plantillas de 2024 | Segunda parte

 

 

Como ya anticipamos, el retorno de El Maillot Semanal se espera para el próximo lunes, 15 de enero. Sin embargo, hemos decidido amenizar la espera, como viene siendo habitual durante las tres últimas temporadas, con un repaso minucioso de las 18 plantillas que componen el circuito World Tour, además de los principales Pro Team. Analizamos sus últimas incorporaciones y subrayamos qué esperamos de cada una durante la presente campaña.

World Teams

  • UAE Team Emirates
  • Soudal - Quick Step
  • Movistar Team
  • Lidl - Trek
  • Bahrain - Victorious
  • Team dsm-firmenich PostNL
  • Groupama - FDJ
  • Intermarché - Wanty
  • Arkéa - B&B Hotels

Pro Teams

  • Israel - Premier Tech
  • TotalEnergies
  • Q36.5 Pro Cycling Team
  • Caja Rural - Seguros RGA
  • Euskaltel - Euskadi

Dirección llevada a cabo por Juan Clavijo. Comentarios de Miguel Triviño, Marco González y Sergio Yustos.

Fuente: El Maillot    
 

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lunes, 8 de enero de 2024

Podcast El Maillot: Las plantillas de 2024 | Primera parte

 

 

Como ya anticipamos, el retorno de El Maillot Semanal se espera para el próximo lunes, 15 de enero. Sin embargo, hemos decidido amenizar la espera, como viene siendo habitual durante las tres últimas temporadas, con un repaso minucioso de las 18 plantillas que componen el circuito World Tour, además de los principales Pro Team. Analizamos sus últimas incorporaciones y subrayamos qué esperamos de cada una durante la presente campaña.

Fuente: El Maillot     

 

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Meme 08/01: Yo - 2024

 


 

 

Franz Beckenbauer: murió la leyenda del fútbol alemán

 

 

Fuente: https://www.dw.com

Por: Stefan Nestler

 

"Para el fútbol alemán, fue y es una gran suerte. Nunca hubo uno mejor. Nunca habrá uno mejor". Eso escribió su colega Günter Netzer cuando Franz Beckenbauer cumplió 65 años, en 2010. En ese entonces, nadie intuía que en 2015 algunas sombras empañarían su brillo.

Como jugador, Beckenbauer, nacido en 1945 en Múnich, era el que dominaba indiscutiblemente la cancha. No en vano le llamaban el "Kaiser" (emperador). Él mismo contaba que el apodo nació cuando, en 1971, en el marco de un partido amistoso de los muniqueses en Viena, lo fotografiaron junto a un busto del emperador austriaco Franz I.

"El mejor jugador alemán del siglo XX"

No hubo otro que marcara tanto el papel del líbero moderno, delante de la defensa. Desde allí, organizaba el juego, y le daba velocidad con sus pases largos y precisos. Su lenguaje corporal parecía casi altanero, distanciado, al estilo de un "emperador". Los hinchas reconocían que Beckenbauer era en su tiempo uno de los mejores jugadores del mundo, pero nunca fue el favorito del público. "Me consideraban arrogante, con una forma de jugar arrogante", recordó una vez el "Kaiser".

A la edad de 13 años, se unió a las filas del FC Bayern, con el que en la década de 1970 celebró sus mayores éxitos a nivel de club. Desde 1970, hasta su despedida de Múnich en 1977, fue también capitán del equipo, con el que ganó un título tras otro.

Desde 1971, llevó igualmente la banda de capitán de la selección nacional alemana. Fue el primer jugador en superar la marca de los 100 partidos con la camiseta germana. En total, fueron 103. Con el "Kaiser" jugando en la cancha, Alemania ganó el campeonato europeo en 1972 y el Mundial de 1974, disputado en casa.

En el otoño de su carrera como futbolista, participó en la liga estadounidense, donde jugó junto a Pelé y conquistó tres veces el título de campeón. Luego regresó a Alemania, donde en 1982 obtuvo su quinto título de campeón con el Hamburgo SV, aunque en esa temporada jugó poco. La última temporada de su carrera la jugó nuevamente en el Cosmos de Nueva York.

La lista de sus distinciones es larga: cinco veces fue elegido "futbolista del año" en Alemania, y dos en Europa. El "Kaiser" fue incluso designado el mejor "jugador alemán del sigo XX".

Talla mundial como entrenador y funcionario

En realidad, en su época de jugador, ya era una especie de entrenador, escribió una vez un periodista deportivo alemán. No sorprendió por eso que, en 1984, solo un año después de terminar su carrera, asumiera el cargo de jefe del equipo nacional alemán. La DFB tuvo que inventarle el puesto, porque Beckenbauer no había hecho cursos de entrenador ni tenia la correspondiente licencia. Posteriormente la obtuvo en forma honoraria.

En 1986, en el mundial de México, Alemania resultó vicecampeona, pero hubo fuertes roces entre el jefe y su equipo. Cuatro años más tarde, todo eso quedó en el olvido, con la victoria por 1 a 0 en la final mundialista contra Argentina.

Parecía que todo lo que tocaban las manos de Beckenbauer se convertía en oro. En dos oportunidades, más tarde, asumió como entrenador provisional del Bayern de Múnich y también cosechó éxitos: en 1994 ganó el campeonato alemán, y en 1996, la Copa UEFA. En esa época, Beckenbauer ya era presidente del FC Bayern, cargo que tuvo durante 15 años.

También la DFB contó con sus servicios como funcionario. Desde 1998, integró su cúpula. Poco después, encabezó el comité de la candidatura alemana a organizar el Mundial de 2006. No sorprendió que lograra el objetivo. La revista "Der Spiegel" lo describió entonces como un "ministro de Exteriores sustituto de Alemania" que "puede hacer política con la misma facilidad con la que jugaba al fútbol".

Sospechas y dolencias

Pero, en 2015, fue también la revista "Der Spiegel" la que lo derribó de su imaginario pedestal, al revelar un millonario pago hecho por el comité de la candidatura mundialista alemana, antes de que se le adjudicara el Mundial de 2006. La sospecha: con ese dinero se habrían comprado votos. La DFB lo negó, pero admitió los pagos.

Tras un tiempo, Beckenbauer rompió el silencio: "Como presidente del comité organizador de entonces tengo la responsabilidad por ese error", dijo. Afirmó que no hubo compra de votos. Y lo repitió siempre. Pero la justicia investigó. Algunos documentos comprometedores llevaban su firma. "Siempre firmé a ciegas, incluso en blanco", aseguró Beckenbauer.

Tras este escándalo, se retiró en gran medida de la vida pública. Últimamente, vivía la mayor parte de tiempo con su tercera mujer, en Salzburgo.

En los últimos años, aumentaron sus problemas de salud. En 2016 y 2017 tuvo que ser operado del corazón. Según Uli Hoeneß, entonces presidente del Bayern, le afectó también el revuelo por la concesión del Mundial a Alemania. "Tuvo logros increíbles y no se embolsó nada", dijo, agregando que se le debería "dejar vivir en paz".

En el funeral del jugador Uwe Seelers, en agosto de 2022, Beckenbauer no estuvo presente; y tampoco en el de Pelé, en enero de 2023. "Acompañaré a mi amigo con el corazón en su último camino", dijo Beckenbauer. Cuando se le preguntó si lamentaba algo, respondió: "¿Lamentar? ¿Qué habría de lamentar? ¡No!"

domingo, 7 de enero de 2024

Cuantas calorías se queman andando

 

 

Fuente: https://runfitners.com

 

Hoy te enseñamos a calcular cuantas calorías se queman caminando y te ayudamos a descubrir si quema más calorías andar que correr. Además de descubrir cuantas calorías quemas al andar, también te daré algunos tips para que puedas quemar aun más calorías mientras lo haces. Empecemos

Calorías quemadas andando: ¿son muchas o pocas?

Cuando se trata de hacer ejercicio, hay que tener en cuenta las calorías quemadas. Puede que caminar y correr no sean lo mismo en términos de consumo de calorías, pero ambos son beneficiosos para la salud y pueden ayudarte a perder peso. Veamos un poco más de esto.

Quieres perder peso y para ello debes generar un déficit calórico, que se suele estimar en entre 2.000 y 2.500 calorías al día para los hombres y entre 1.500 y 2.000 calorías para las mujeres.

¿Cómo afectan esas cifras a tu plan de ejercicio? ¿Pueden tus caminatas contribuir a generar un déficit calórico? Sin dudas! Echa un vistazo a esta tabla!


Cuantas calorías se queman caminando – Tabla según peso


Cuando caminas (andas) o corres gastas calorías, y cuando consumes alimentos y bebidas introduces calorías dentro de tu cuerpo. Cuanto más kilómetros corres o andas, más energía utilizas («quemas» una mayor cantidad de calorías). Es decir, que una persona caminando quema una buena cantidad de calorías. 

Cuantas calorías se queman corriendo

Al realizar una actividad de baja intensidad se queman una baja cantidad de calorías. Al realizar un ejercicio de mayor intensidad se acaban quemando muchas más calorías que en la actividad más liviana. En un Estudio se realizó una investigación sobre la cantidad de calorías consumidas como consecuencia de caminar o correr durante 1600 metros.

Lo interesante de este Estudio, es que no solo comparó las calorías quemadas durante la actividad sino que también en los 30 minutos posteriores. Así, se le solicitó a 15 mujeres y 15 hombres que caminaran o corrieran 1600 metros y se comparó el gasto energético entre ambas actividades. Los resultados a los que los investigadores arribaron, fueron los siguientes:



Es decir, aunque caminar 1600 metros te tomen 18:36 minutos, consumes significativamente menor cantidad de calorías que corriendo la misma distancia en 10 minutos. Asimismo, es de destacar la diferencia entre las calorías consumidas en reposo de caminar (21, 7) vs correr (46,1) que resultaron ser más del doble. Como conclusión, podemos decir que la cantidad de calorías quemadas andando no es nada despreciable.

Caminar 10 km diarios puede ser recomendable, pero llevaría demasiado tiempo.

Ten presente que se estima que cada kilómetro  que una persona corre es equivalente a 1 kcal por cada kilogramo de peso corporal del corredor (ce= 1 kcal * kg de peso corporal).


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Tiene 93 años y me enseña sobre las posibilidades de la vida

 

 

Fuente: https://www.nytimes.com

Por:

 

Despierta tras una siesta en su sillón favorito, mi abuela se pasó los dedos por el cabello ondulado y blanco, miró por la ventana hacia el Canal de la Mancha y me preguntó qué pediría si tuviera solo un deseo.

Me lo pregunta a menudo, y yo siempre respondo lo mismo porque eso la hace feliz: “Que vuelva mi abuelo”, lo que suele hacer que lo recuerde. Pero aquel día, hace unos meses, sacudió la cabeza y suspiró: “Richard, tuvimos ya esos momentos. Muy buenos momentos. Pero mejor pide un deseo para ti, cariño”.

Ojalá hubiera sabido que podíamos ser así desde antes.

Durante décadas tuve el mismo tipo de abuela que tiene mucha gente: una que te envía una tarjeta de cumpleaños con dinero por correo; una que te llama por teléfono en Navidad; una agradable rutina educada y practicada que llegó a ser parecida a la manera en que la gente dice “salud” después de un estornudo.

Entonces, hace una década, empezó a perder su audición de manera precipitada. Las llamadas telefónicas se hicieron más difíciles. Y me di cuenta de que si le preguntaba qué había almorzado, podía decir: “Ah, hoy el clima ha estado estupendo”. Estaba tan acostumbrada a las mismas preguntas de la familia que parecía reciclar el mismo puñado de respuestas.

Nuestro tiempo juntos disminuía. Ella estaba disminuida.

A esto se le llama grayspeak, “lenguaje gris” o “lenguaje de ancianos”, un cambio en el modo de dirigirnos a los mayores que los trata menos como sabios y más como niños pequeños o mascotas. Decimos cosas como: “Hoy llovió. ¿Viste que llovió?”, y “¿Te gustó la cena?”.

Es un tipo de interacción falsa, tediosa y estúpida, así que luché contra eso. Empecé a visitarla más, en persona, a pesar de que ella vivía en Dover, Inglaterra, y yo en Nueva York.

Durante mis visitas, empecé a lanzarle preguntas más complicadas: ¿Qué hiciste con tu primer sueldo? ¿En qué pensabas cuando te escondías en cuevas durante la guerra? ¿Cuál fue el mejor invento de tu época?

Sus respuestas: comprar electricidad para la casa de sus padres para no tener que raspar la cera de las velas de las escaleras. Comer naranjas. El agua corriente (seguido de cerca por el microondas). Más que respuestas, fueron trampolines para conversaciones inesperadas.

La profundización de nuestra relación ha sido algo así como un feliz accidente. Mucha gente llega a conocer a sus padres como personas reales más tarde en la vida, pero yo, como hombre homosexual distanciado de sus padres, redirigí esa energía hacia mi abuela.

Mi abuela no es solo vieja. Sobrevivió a un secuestro en Irlanda. Durante la guerra se quedó sin hogar en tres oportunidades después de sobrevivir a bombardeos, viviendo en el frente de batalla junto a los acantilados blancos de Dover. Conoció a la reina Isabel II cuando aún era princesa. A los 20 años, mi abuela atravesó la nieve para dar a luz a sus primeros hijos, gemelos, el día de Navidad. Ahora está ciega y artrítica, pero sigue tejiendo mantas para los bebés prematuros del hospital local. Incluso con 93 años, compra libros para seguir aprendiendo francés.

En nuestra nueva cercanía, también se volvió mucho más graciosa. Mirando el montón de virutas de chocolate que había en el fondo de su café, le dije: “¿Qué pasa? Creía que no tomabas azúcar”.

“El chocolate no es azúcar, querido”, me dijo. “Es sabor”.

Tras recuperarse de una operación de urgencia a principios de año, me dijo: “¡Nunca he sido tan perezosa!”.

“No eres perezosa”, le dije. “Te estás recuperando”.

“Tú eres el experto”, dijo. “¿Cómo es?”

“¿Cómo es qué?”

“La pereza, querido”, dijo. “Tienes más experiencia que yo”.

“¡Volé para llegar aquí!”.

“¿Fuiste tú quien pilotó el avión?”, dijo con una sonrisa pícara.

Un día, después de prepararnos un café, le pregunté: “¿Cuál es el secreto para alcanzar el éxito con 90 años?”.

“Solo tienes que intentarlo, querido. Mucha gente es vieja a los 60 años. Solo quieren estar sentados todo el día. No llegarás a los 90 así. Tienes que intentarlo”.

“¿Intentar qué?”.

“Intenta caminar”, dijo. “Intenta hacer jardinería. Intenta cocinar. Intentarlo no requiere mucho esfuerzo. Solo prueba un poco. Como con este café que nos has preparado. Sé que te esforzaste”.

En otra ocasión vimos cuatro codiciados pastelitos de manzana en el supermercado después de días de estar agotados. Compré dos. Ella me dijo que comprara los cuatro. Cuando le dije que dejáramos los otros dos para otras personas, me contestó: “Dos son para nosotros ahora. Y los otros dos son para nosotros mañana, sin importar quienes seamos”.

Estar con ella es ridículamente divertido. He conocido a sus amigos, y ella ha conocido a mi persona especial (“¡Has elegido alguien más joven!”, dijo de él, que tiene 50 años y yo 44. “¿No es guapo? Es guapo, ¿verdad?”, le pregunté. “¡Sí, mucho más que tú!”, dijo riendo).

Bailamos un vals con la voz de Vera Lynn, construimos casitas de jengibre, nos pusimos máscaras coreanas. Me mira hacer arduos rompecabezas y luego, tras colocar la última pieza, celebra cómo lo “hemos” completado. Le compré una blusa cubierta de pájaros en una tienda de caridad y ella me compró un mameluco de osos.

Cuando era niño —con 5 años quizás, lo bastante pequeño para que mis hermanos y yo durmiéramos como sardinas en la misma cama—, asomaba la cabeza a la hora de dormir y preguntaba si alguien necesitaba ir al baño. Esa era mi señal para anunciarle que tenía que hacer una gran caca. Entonces me escabullía escaleras abajo con ella y veíamos El show de magia de Paul Daniels.

Puede que ella supiera que yo era gay antes de que se lo contara, pero ella quería que yo creyera en las maravillas y la magia. Si la sabiduría es conocimiento además de tiempo, ella encarna la siguiente evolución de la sabiduría: la amabilidad.

“La edad”, me dijo una vez, “no es más que otra molestia que intenta convencerte de lo imposible en un mundo absolutamente lleno de posibilidades”.

A sus 60 años, escaló el Snowden, el pico más alto del Reino Unido. A los 70, sobrevivió a la muerte de su única hija. A los 80, perdió al marido que tuvo durante 67 años, mi abuelo. Este año tuvo que ser operada de urgencia y los médicos le preguntaron si podían escribir sobre ella en una revista médica porque su enfermedad era muy rara. Incluso sus enfermedades son excepcionales.

Su sentido de la posibilidad ha sido revolucionario para mí. He encontrado amigos, grandes e íntimos amigos, en lugares inesperados: cenas de cuatro horas con mis antiguos profesores; un recorrido por los escaparates de Manhattan con la madre de mi amiga que se quedó sola en Acción de Gracias; mensajes de texto con efectos especiales con mi sobrino de 11 años.

Puede que sea cierto que el mundo está lleno de posibilidades, pero incluso las posibilidades tienen límites. Dentro de poco tendré que adaptarme a tener el mismo tipo de abuela que muchas otras personas tienen: una abuela que se ha ido.

Estaré destrozado. Pero no lloraré por la falta de tarjetas de cumpleaños en mi futuro. Lloraré por la apertura, la plenitud y la totalidad. Mi vida se sentirá tan cerrada, vacía y parcial. Pero incluso en esos momentos prevalece su sabiduría, que consiste en ser “misi”, porque “decir ‘miserable’ es demasiado miserable”.

Lo mejor de rechazar el lenguaje gris y abrir el arcoíris de percepciones que le sigue es que ahora sé —con certeza, orgullo y todo mi corazón— que ella no se parece a nadie. Espero que, si llego a su edad, pueda contemplar una colina lejana —un sorprendente fuerte napoleónico— y escalarla (ella tenía 85 años entonces). O disfrutar la novedad de su primera malteada (a los 87). A sus 90 años, tiene la costumbre de guardar un cajón lleno de barras de chocolate en el congelador. Cuando le pregunté por qué, respondió encogiéndose de hombros: “Saben mejor frías, querido”.

Cuando ambos terminamos vestidos de forma parecida y discutíamos que me había copiado la ropa, la acusé también de robar corazones. “La amabilidad gana corazones, Richard. No me molesto en robar”. Después de un sermón sobre lo increíble que es el pan, le pregunté cuál era su comida favorita, y su respuesta fue rápida: “La mantequilla. Por eso te dan pan primero”.

No hace mucho, cuando encontró una camiseta de cachemira color rosa chicle por una libra en una tienda de caridad, dijo que quería que la enterraran con ella. Cuando me mostré sorprendido, me dijo: “Ah, no debí decir eso. Me van a incinerar. No me van a enterrar. Qué pena quemar ropa tan bonita”.

De una relación de educada previsibilidad, hemos pasado a un vínculo profundamente afectuoso en el que ninguno de los dos sabe lo que vendrá después, excepto lo que sabemos que viene después para todos.

Lo primero, sin embargo, ha sido pasar esta Navidad juntos. No hay tarjeta ni llamada que valga. Somos el mejor regalo el uno para el otro.

 

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