martes, 29 de junio de 2021

¿Por qué no se cancelan los Juegos Olímpicos? La respuesta en cifras

 

 

Fuente: https://www.nytimes.com

Por: Kevin DraperAndrew KehTariq Panja y


Los Juegos Olímpicos siempre han sido un asunto de números. Después de todo, el lema Citius, Altius, Fortius —más rápido, más alto, más fuerte— no significa mucho sin segundos, metros y kilos. ¿Qué tan rápido? ¿Qué tan alto? ¿Qué tan fuerte?

Sin embargo, durante más de un año, un conjunto diferente de cifras ha llegado a dominar las discusiones sobre los Juegos de Tokio: el aumento de los casos de coronavirus, la escalada de los factores de riesgo, los totales de vacunación inadecuados.

A pesar de estas preocupaciones, es casi seguro que los Juegos seguirán adelante este verano: La última prueba fue el anuncio el lunes de que se permitiría a los espectadores nacionales asistir a los eventos olímpicos con una capacidad reducida.

Estas cifras pueden ayudar a explicar por qué —a menos de un mes de la ceremonia de apertura— los Juegos siguen adelante.

Si el nuevo estadio nacional de Tokio se queda vacío la noche de la ceremonia de inauguración, la inversión de 15.400 millones de dólares se irá a la basura. La cifra, un récord incluso para los presupuestos olímpicos —célebremente sobredimensionados— ha aumentado en 3000 millones de dólares solo en el último año. Pero el daño a la reputación de Japón, además de la pérdida de dinero, sería incalculable.

“Este era el ejercicio de marca que iba a mostrar a la superpotencia de estilo de vida en la tierra”, dijo Jesper Koll, un asesor de inversiones que ha vivido en Japón durante más de tres décadas. “Al final, no se trata de recuperar o no los costos de construcción, sino de si la marca país recibe un impulso”.

Gran parte de las ventajas que los hoteleros o los restaurantes de Tokio podían esperar de la celebración de los Juegos ya se han evaporado, ya que en marzo los organizadores prohibieron la entrada de espectadores internacionales. E incluso los visitantes olímpicos que estarán autorizados a entrar en Japón no podrán disfrutar de la mayoría de los encantos de Tokio porque las normas los limitan a moverse en las sedes olímpicas.

Esa es la cantidad potencial de ingresos por derechos de televisión que el Comité Olímpico Internacional, que organiza y dirige los Juegos, podría tener que devolver si las Olimpiadas no se celebran. La cifra representa el 73 por ciento de los ingresos del COI. Los patrocinios relacionados con los Juegos suponen cientos de millones de dólares más, y una cancelación significaría que esas empresas también podrían solicitar reembolsos.

Los derechos de retransmisión de los Juegos Olímpicos de verano en Estados Unidos se encuentran entre las propiedades deportivas más valiosas del mundo, y los ingresos publicitarios que producen regularmente los convierten también en los más rentables. En marzo de 2020, NBC Universal, que tiene los derechos de transmisión de los Juegos en Estados Unidos, anunció que había vendido 1250 millones de dólares en publicidad nacional para los Juegos Olímpicos de Tokio. Eso superó la cantidad vendida para los Juegos Olímpicos de Río de 2016, que habían generado 1620 millones de dólares en ingresos totales para la compañía y 250 millones de dólares en beneficios.

Y ni siquiera el retraso de un año puede perjudicar los resultados de la NBC. Jeff Shell, el director ejecutivo de NBC Universal, dijo en una reciente conferencia de inversores que, dependiendo de las audiencias, los Juegos Olímpicos de Tokio “podrían ser nuestros Juegos Olímpicos más rentables en la historia de la compañía”.

La palabra “solidaridad” aparece 406 veces en el último informe anual del COI. La referencia más significativa es a los 549 millones de dólares que distribuye en los llamados pagos de solidaridad y otros a los comités olímpicos nacionales grandes y pequeños. (Las cuentas del COI no proporcionan un desglose de quién recibe qué).

Para muchos comités olímpicos, la generosidad del COI —que paga todo, desde los costos administrativos hasta las subvenciones para la formación y los programas de desarrollo de los jóvenes— es un salvavidas financiero vital. En la isla caribeña de Santa Lucía, por ejemplo, la financiación del COI representa alrededor de una cuarta parte de los 600.000 dólares de ingresos anuales del comité olímpico nacional, según Richard Peterkin, antiguo miembro del COI.

Pero los países más grandes también cuentan con los fondos. A principios de este año, la Asociación Olímpica Británica planteó en su informe anual la posibilidad de un colapso financiero si se cancelaban los Juegos de este verano. “La cancelación de los Juegos más tarde de mayo de 2021”, concluyeron recientemente sus directivos, “crearía una incertidumbre material que podría arrojar dudas significativas sobre la capacidad de la empresa para continuar como negocio en marcha”.

El aplazamiento de los Juegos Olímpicos obligó a miles de atletas —unos 11.100 para las Olimpiadas y otros 4400 para los Juegos Paralímpicos, que en conjunto representaban a más de 200 países— a poner sus vidas en espera durante un año y a volver a comprometerse con otros 12 meses de entrenamiento. También significó aplazar los planes de matrimonio y las inscripciones en la universidad, e incluso los planes de tener hijos. Así que no es de extrañar que, en general, los competidores de todo el mundo estén ansiosos de ver que se celebren finalmente los Juegos.

“Se suponía que mi próximo capítulo ya debería estar sucediendo”, dijo Delante Johnson, de 22 años, un boxeador de Cleveland que había apuntado a convertirse en profesional en 2021. Decidió mantener su condición de amateur un año más, en parte, para cumplir una promesa que le había hecho a su antiguo entrenador, Clint Martin, fallecido en 2015. “Siempre me dijo que iría a los Juegos Olímpicos”, dijo Johnson, “y me aferro a lo que me dijo”.

Para los atletas olímpicos que han dispuesto toda su vida para perseguir sus sueños, los Juegos lo son todo. Pueden abrir la puerta a oportunidades de patrocinio, a dinero de bonificación por medallas, a carreras posteriores a la competición. Para muchos, también ofrecen la rara oportunidad de actuar ante un público mundial. “Por fin se nos permite tener esa emoción, y me siento mareada”, dijo Kaleigh Gilchrist, de 29 años, jugadora de waterpolo de Newport Beach, California. “Por fin podemos mostrar todo el trabajo duro que hemos hecho”.

Ese es el índice de aprobación actual del primer ministro de Japón, Yoshihide Suga, que puede temer que su suerte política esté ahora demasiado ligada a los Juegos como para cancelarlos. “Si cancela los Juegos, estará políticamente muerto”, dijo Jeff Kingston, director de estudios asiáticos de la Universidad de Temple en Tokio. Con las elecciones nacionales que se avecinan en septiembre, dijo Kingston, Suga puede ver ahora los Juegos Olímpicos como un potencial salvavidas.

Para Suga y su gobierno, la organización de unas Olimpiadas exitosas —y seguras— supondría una enorme ventaja política. La desventaja, por supuesto, es el riesgo de una catástrofe de salud pública que cueste vidas y golpee la economía de Japón. Esto causaría un daño mucho más grave simplemente perjudicar la reputación política personal de Suga.

“Esta es la posible realización de la variante de Godzilla”, dijo Kingston. “¿Así es como Tokio quiere ser recordada?”.


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lunes, 28 de junio de 2021

Podcast El Maillot Semanal #174: Tour: Van der Poel honra a 'Poupou'

 

 

  • Entradilla (00:00 - 08:45)
  • Los primeros titulares del Tour de Francia, con el liderato de Mathieu Van der Poel y las numerosas caídas de los tres días inaugurales (08:45 - 18:45)
  • Entrevista a Sepp Kuss, ciclista de Jumbo-Visma inmerso en pleno Tour de Francia (18:45 - 48:45)
  • El debate en torno a la carrera: favoritos, caídas y primeras grandes diferencias (48:45 - 1:32:35)
  • La previa de las próximas etapas del Tour de Francia (1:32:35 - 2:00:20)
  • Los últimos rumores de fichajes, el debut de Juan Ayuso con UAE, el resto de carreras y vuestros siempre inestimables comentarios (2:00:20 - 2:40:50)

Dirección llevada a cabo por Juan Clavijo. Comentarios de David García.

Podcast: El Maillot Semanal  


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martes, 22 de junio de 2021

Vuelve el original zapato deportivo feo

 

 

Fuente: https://www.nytimes.com

 

¿Recuerdas las zapatillas de cuña de Isabel Marant? Todos las llevaban, inexplicablemente. Ahora la diseñadora tiene una nueva versión, con un tacón aún más alto.

Un día, hace aproximadamente diez años, la diseñadora francesa Isabel Marant se encontraba al borde de la carretera, discutiendo para librarse de una multa por atravesar un semáforo en rojo.

“Estaba bastante disgustada porque el semáforo había quedado oculto debido a un gran camión”, dijo Marant. La habían parado un par de agentes, un hombre y una mujer. Él volvió a entrar a la patrulla; ella empezó a tomar los datos de Marant.

“Entonces me miró y me dijo: ‘¿Es usted Isabel Marant, la mujer de los zapatos deportivos?’”, recordó Marant, divertida en aquel momento de que un par de zapatos de 600 dólares tuvieran influencia en una policía de tránsito.

Al final, no le impusieron ninguna multa: Marant se fue sin castigo alguno. De hecho, los zapatos deportivos en cuestión han demostrado ser un elemento de seguridad en varios niveles. Llamados Bekett, se trata de un modelo de botín con una lengüeta exagerada y abombada. Las correas de velcro, su detalle de diseño definitivo —que terminó siendo divisivo—, ocultaban un tacón de cuña de 7,6 centímetros.

Sí, un zapato deportivo de tacón alto, un concepto que se consideró genial, atroz, anatema, tan malo que es bueno y tan incorrecto a la vez. “Fue como si me hubiera caído un rayo en la cabeza”, comentó Sasha Charnin Morrison, directora de estilo de CBS Watch. “Estaba muy enamorada de esa fealdad”.

No fue la única. El Bekett estaba en todas partes: en fotos de estilo urbano de Gisele Bündchen, Miranda Kerr, Kate Bosworth, Jessica Alba, Rosie Huntington-Whiteley, Joan Smalls y Leandra Medine, las influentes de una época anterior a los influentes. Beyoncé llevó un par de ante negro en su video “Love on Top” de 2011. El calzado se agotó en todas partes y generó listas de espera de seis meses.

Charnin Morrison, entonces directora de moda de Us Weekly, recuerda haber enviado un correo electrónico desesperado a Ty Hunter, el estilista de Beyoncé en ese momento. “Le dije: ‘Sé que Beyoncé solo se va a poner esos zapatos una vez. Ni siquiera sé qué talla es, pero si ya acabó de usarlos, tienes que enviármelos’”. Por desgracia, Charnin Morrison tuvo que esperar su par de Beketts dorados.

Al igual que la ropa deportiva de Juicy Couture, los pantalones de mezclilla de tiro bajo y los Uggs, los zapatos deportivos de cuña de aspecto ortopédico eran el tipo de diseño que despertaba en la gente un amor eterno o un odio a muerte. Trascendió la moda y se convirtió en cultura. Fue el emblema de un momento, justo antes de que las redes sociales se apoderaran de nuestras vidas y los milénials se apoderaran de la narrativa.

El zapato era tan amado y odiado porque su valor estético, monetario y social estaba en el ojo del consumidor, dijo Medine, la fundadora del ahora cerrado sitio web Man Repeller, que llevaba un par de Beketts multicolores en ese momento. “Juzgamos los sistemas de valores de cada uno en consecuencia, y eso provocó una defensa acérrima por parte de ambos bandos, ¿no? Los criticones los odiaban más, y los más fuertes entre los admiradores los querían más”.

La omnipresencia del Bekett superó la reputación que Marant se había forjado como proveedora independiente y sin pretensiones de relajada bohemia parisina desde que inició su negocio en 1994. Ese modelo puso a la marca en el mapa mundial. Cuando se lanzó, Isabel Marant acababa de expandirse a Estados Unidos con una única tienda en Nueva York. En la actualidad, cuenta con 60 tiendas en todo el mundo.

El Bekett engendró un millón de imitaciones baratas tan antiestéticas que Marant repudió su propio diseño, aunque el modelo seguía generando ganancias. “Se han convertido en algo supervulgar, así que no creo querer ser la diseñadora de los zapatos de cuña”, dijo a The Cut en 2014.

Sin embargo, parece que el disgusto de Marant por sus famosos zapatos se ha calmado. Ahora presenta una nueva versión más potente de su zapato de cuña original, una década después de su primera edición.

El Balksee, una especie de Bekett mejorado con una suela robusta que añade casi cinco centímetros a la altura de la cuña original, viene en lo que Marant describe como colores de Lego: rojo, amarillo, verde, negro y blanco. Un mural de la campaña, protagonizado por Adut Akech, se instalará en el barrio de SoHo el 21 de junio.

Al igual que el tacón, el precio también es más vertiginoso. El Balksee se vende por 770 dólares.

¿Logrará generar interés?

El amor de Marant por alargar las piernas es lo que la inspiró a poner trozos de corcho en las suelas de sus zapatos deportivos cuando era adolescente. “Me encanta también cómo este zapato tan grueso hacía que tus piernas se vieran muy pequeñas, pues sobresalen de algo bastante pesado”, dijo. “Con las piernas desnudas y una falda con volantes o unos pantalones cortos, siempre se ve bien”.

Con ello, articuló una apariencia —zapatos deportivos de diseñador, para atuendos elegantes o informales— que ha dominado la moda moderna durante los últimos años.

“Cuando lanzó el Bekett, Isabel estaba aprovechando la cultura urbana en su pasarela antes de que fuera tendencia”, explicó Roopal Patel, directora de moda de Saks Fifth Avenue, que tiene el Balksee disponible para pedido anticipado en línea. “Unir esa idea de un zapato de baloncesto de caña alta con una cuña, volviéndolo sexi, fresco e informal al mismo tiempo, fue algo revolucionario en la moda hace diez años”.

Con el Balksee, Marant reivindica su participación en la cultura de los zapatos deportivos gruesos y feos que ha arrasado en Gucci, Balenciaga, Louis Vuitton, Stella McCartney y Yeezy, entre otros, por no hablar de las numerosas colaboraciones de diseñadores con marcas de calzado deportivo.

“Siempre pensaba: ‘Es una estupidez que nunca haya podido hacer otra versión del Bekett’”, dijo Marant. “El año pasado, de repente, se me ocurrió que con solo cambiar la suela lo llevaría a otro mundo”.

¿Tendrá la misma suerte dos veces? Marant ya ha demostrado su instinto de sincronización en el pasado. “Todo el mundo está muy metido en esta situación del acogimiento”, dijo sobre los muchos meses de encierro a causa de la pandemia de covid. “No están listos para usar zapatos de tacón puntiagudo. Esos tal vez sirven para ir a bailar, pero entonces será mejor que lleves zapatos deportivos en el bolso”.

Charnin Morrison tiene una opinión diferente, aunque de actualidad. “Por supuesto que será relevante porque hay un público totalmente nuevo”, comentó. “Quien lo compra ahora, no recuerda el original”.


Meme 22/06: Seguramente el fin de semana...

 


 

 

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Fuente: Tour de France

 

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Fuente: Jonas Brothers

 

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